Miradas....cuantas cosas se pueden ver y descubrir en ellas. Las maravillas que trasmiten, infinidad de sensaciones, tangibles e intangibles.
En ellas se pueden observar la variedad de sentimientos que experimenta el ser humano.
Las miradas dicen más que las palabras, solo hay que prestarles atención.

Ciertamente como ya lo explique o se habrán dado cuenta son mi debilidad. Mirando a los ojos muy profundamente uno puede ver la verdad, lo que el corazón y el alma dicen, que muchas veces se contradice con lo que escuchamos.
Así sucedió con Macarena, ella solo veía lo que las palabras le decían y trasmitía lo mismo, se decía una experta a la hora de la seducción. Ella estaba convencida de ser lo suficientemente astuta, perfecta (como ella se describía), vivida, autosuficiente y todas las cualidades que puedan enumerar, ella según sus propias palabras, poseía.
Todo lo que pudiera suceder ella podía dominar o elaborar la estrategia perfecta para salir siempre airosa.
Cuando la descubrí debo confesar que me impacto, ese poder que tenía para no pasar desapercibida, el ser admirada por muchos me llamó la atención y comencé a estudiarla, detenidamente, sin interactuar en su mundo solo manteniéndome como un observador más. Debo confesar que me intrigaba como caían en sus redes tan escuetamente elaboradas personajes para mí de un elevado intelecto; y eso me llamaba aún más la atención.

Experta en el arte de embaucar, creo que el hecho de creerse ella misma sus mentiras le daba mas credibilidad a sus exposiciones, ella tejía, tramaba no muy suspicazmente pero con la suficiente intriga para despertar inquietud en sus víctimas.
Se podía notar el placer, lo podía palpar, sin mirarla directamente podía adivinar los movimientos felinos y de vanidosa gloria cuando alguien picaba.

Entre sus tantas conquistas alguien apareció, él era su mayor trofeo, porque como se darán cuenta no se andaba con chiquitas. Ella siempre pretendía lo mejor, el mejor.
Lo que no tuvo en cuenta que para esas pretensiones hace falta algo mas que un pobre personaje insustancial; pero tuvo suerte, por una de esas cosas del destino logro su cometido lo conquisto vaya uno a saber porque y con que artilugio, pero lo logró, y eso la hizo sentir plena, jugo e hizo lo que quiso con él convencida de su conquista, otra victoria...pero ésta contenía un condimento especial, un sabor sutil de el saberse superior a muchas, y eso le producía un placer muy particular. Lo disfruto, lo paladeo, se envileció, y eso la hizo cometer un grave error... Se descuido (eso es imperdonable para el que se considera un estratega) fue así que prosiguió con su juego y este, se le volvió en contra.
Cuando creyó tener todo en un puño como a ella le gustaba le demostraron que hace falta más que un efímero personaje, el amor le devolvió todo su juego con un revés mortal.
Ahora solo le hecha la culpa al resto, ella no asume su derrota, jamás lo hará, nunca, a pesar de saberlo muy adentro suyo, que el amor le gano la batalla.
Cuando me cruzo muy de vez en cuando con ella puedo ver en su mirada, la soledad que la acompaña, la miseria de su interior, la desgarrante certidumbre del amor perdido.