Es el ano Ce- Acatl (uno- cana) aunque no se que dia , por que son tantos los dias amargos que han trascurrido que no los he contado. Nuestros brujos y sacerdotes predijeron que en este ano vendria Quetzalcoatl a reclamar el reino que le pertenecia desde el principio de los tiempos . Pero lo que llego fue destruccion y muerte al unico mundo; males causados por unos hombres barbados que nada tenian que ver con el Dios bienhechor Quetzalcoatl, la serpiente emplumada.

Estoy aqui , mirando de frente al firmamento , con mi cuerpo lleno de heridas y el alma envenenada por la amarga hiel de la derrota. Dibujo estas palabras en este viejo trozo de tela de fibra de maguey, que no se si algun dia seran leidas por alguien. Pero quiero dar testimonio de estas ultimas horas de vida de nosotros los Mexica. Los Mexica, el pueblo elegido para resguardar en su andar por el firmamento al Dios Sol Tonatiu. Casi todos en Tenochtitlan han partido de este mundo; mi familia fue una de las muchas que murieron a causa de esa enfermedad negra que los invasores venidos por el mar del Este trajeron a estas tierras,de las cuales se dice que fueron creadas por los dioses y que nosotros los Mexica, gobernabamos desde hace varios ciclos del Sol. La casa de las aguilas “Cuauhcalli”, lugar donde nosotros los guerreros de la orden del aguila morabamos, esta casi vacia; solo permanecian unos cuantos y que ya pronto se reunirian en el mictlan con el resto de nuestra gente muerta; pues agonizan a causa de las heridas de la guerra. Mis amigos y camaradas guerreros aguila que fueron afortunados murieron en batalla contra los invasores; ellos en estos momentos estaran acompanando al Dios Tonatiuh en su viaje por el firmamento. Otros no tan afortunados habian compartido el destino de la muerte negra de mi familia y probablemente estaran todos ellos en algun lugar de la tierra de los muertos.

Desde hacia tiempo atras que sabiamos que los invasores con barbas no era hijos de Quetzalcoatl , el cual venia reclamar su reino; sino hombres que montaban sobre unos venados enormes y sin cuernos, que ellos hacen llamar “caballos”. Era hombres sedientos de las lagrimas del sol, el metal que ellos llaman “oro” y que los enloquece.

Luche al lado de mi gran senor Cuitlahuac, rey de iztapalapa y tlatoani del Unico mundo despues de la muerte de Moctecuzoma Xocoyotzin. Guiados por nuestro Tlatoani cargamos contra los extranjeros con barbas y sus aliados tlaxcaltecas. Todos nosotros juntos; los guerreros de la orden del aguila, junto con los de la orden del Ocelote, los guerreros coyote y el resto del pueblo mexica expulsamos a los barbaros con barbas de nuestra bellisimima ciudad. Fue maravilloso ver como nuestra lluvia de flechas hizo caer a muchos de ellos junto con sus animales de montura, y sus aliados los tlaxcaltecas.

Cierto es que muchos espanoles lograron huir , pero los perseguimos y alcanzamos en la region de Otumba . Ahi les vimos temblar ante nuestro grito de batalla, cuyo estruendo hacia retumbar la tierras del unico mundo y que los tlaxcaltecas conocian muy bien. Alli les rociamos otra vez con una lluvia de flechas y de nuevo cayeron muchos. Despues, nosotros juntos; los guerreros del aguila, del Ocelote y los del coyote los enfrentamos con nuestras espadas macahuitl . El brillo de la obsidiana resplandecio y cayeron muchas cabezas de tlaxcaltecas y de los invasores con barbas; y tambien tomamos algunos prisioneros para sacrificarlos en la piedra del altar a nuestro dios guia Huitzilopochtli.

Pero fue el principio del fin. Mi gran senor Cuitlahuac murio presa de la muerte negra y los que quedaban en Tenochtitlan rompimos en llanto. Me senti derramar lagrimas de desconsuelo por la perdida de nuestro Gran Tlatoani. Entonces volvieron los hombres barbados con muchos más de sus aliados tlaxcaltecas, pueblo que ha sido nuestro enemigo de toda la vida. Para entonces habia sido elegido el que sera nuestro ultimo Tlatoani, nuestro gran senor Cuauhtemoctzin . Ya solo peleamos para defender lo que queda de nuestra ciudad Tenochtitlan, ...sin dar ni pedir tregua .


En plena batalla vi caer a muchos de mis camaradas guerreros aguila bajo el estruendo de las lanzas de fuego, que los barbaros llaman arcabuces. Pero ni aun con esas lanzas de fuego lograban parar el furor de nuestros guerreros. Donde algun hermano guerrero de la orden del aguila, de la orden del ocelote, o de de la orden del coyote caia; algun otro mexica tomaba su lugar, sin importar que fuera un simple campesino o artesano y continuabamos la lucha. En esos momentos no habia Macehualli ni Pipitlin, en ese instante eramos todos hermanos de armas. Incluso los humildes Tamemes participaron fieramente en la batalla por la defensa de nuestra ciudad. En esos momentos eramos todos los hijos amados de Huitzilopochtli que debiamos protegar a la bella Tenochtitlan, el ombligo del mundo.

Pero ellos eran demasiados y de nosotros apenas quedabamos unos pocos . La muerte negra se habia extendido como plaga sobre el mundo unico, cobrando la vida de mucha de nuestra gente. Mi familia incluida.

Han sitiado nuesta ciudad con enormes canoas y sus enormes truenos de fuego hicieron caer en pedazos los templos de nuestros dioses. Nos quitaron el suministro de agua potable y los alimentos escasearon y a pesar de eso no nos rendimos. Nuestras valientes mujeres toman el lugar de los guerreros que caen en las lucha a las orillas de lago.

Todo eso son ahora solo recuerdos ya …manana sera el Fin. Ya nuestro gran tlatoani Cuauhtemoctzin se ha vestido con su mas bella capa para llamar a la entrega de Tenochtitlan, noticia que como espina de maguey se ha clavado en nuestras almas. La derrota es inevitable, pero los Dioses han sido benignos con nosotros y nos han concedido una ultima batalla donde morir como Mexicas de honor.

Vagando sin rumbo por lo que quedaba de la ciudad he llegado al templo de Quetzalcoaltl, que por algun misterioso designio de los Dioses habia permanececido inmaculado de toda la destruccion que habian sufrido los demas templos y edificios de Tenochtitlan. Subi los escalones tan rapido como mi maltrecho cuerpo me lo ha permitido y llegue a la cima de la pequena piramide. Me he sentado en ella para dar una ultima vista a lo que queda de loque algundia fue la ciudad mas bella del unico mundo. Miro al cielo y asi permaneco largo tiempo de frente al firmamento…y dibujando mis recuerdos.

Continua en la parte dos.