¿Donde quedan las furtivas miradas y los ojos esquivos que ahora me eviten del todo?
¿Cómo hago ahora que llegaste y sin quererlo te hice mía, sin quererlo tú, pero sobre todo sin quererme a mí, si nunca pensé te esperaba, y con todo y sin conocerte quise alentarme?
Ya no hay disimulo, ni con el la emoción de observarte y saberme descubierto, cuando me muero porque me mires como cuando te vi sonriente y subrepticia, etérea inalcanzable y sutil desconocida, sólo ayer.
Si acaso te voltearas hacia verme si te miro, y fingiendo un disimulo dejaras salir un esbozo de sonrisa que me tenga por motivo y destinatario, cuando hoy y todavía te vengo pensando, notarías que viajo por las nubes que tejí con la lluvia de cristales que ahora me conformarán un castillo, destrozado.
Ojalá nadie te mire como lo hago yo, para que no le parchen el alma después de arrancado el corazón, yendo lacerado largado hasta las tinieblas donde nunca te encuentres, para que no tengas que sentirlo ni olvidarlo en los días ignominiosos que nunca te alcancen.
Nunca el sortilegio desbaratado quede si me mantengo a tu guarda, aún a sabiendas siempre presentes de tu creo indeliberada renuencia hacia mis cosas, en que te pierdas de mi locura y mi forma de amar en tu vida si me dejas a oscuras, donde lo que no pude evitar por cobardía se tornó ahora en un innombrable recuerdo que me bebo a solas.
El conocimiento de la causa que entiendo erróneamente me significas, ahora lo sé en desacuerdo, nunca pudo dejarme atrás de la duda de haberme rendido antes de siquiera comenzar, en alguien más se verá mal reflejado si solo estoy y sólo estés tú, por más que piense en ti al traerte contra tu voluntad dentro de mi mente, ahora que no quedan hojas en el árbol de la espera sin frutos.
Respirando dejo las huellas en la niebla, y no persigo ningún paso que no lleven tus ojos, pero a falta de guía me pierdo y voy a dar frente a la imagen que dejé en la tierra cuando te representé hasta en sueños, de modo alguno falta me hacía ya imaginarme podía ser correspondido, independientemente si al marcharte me hacías adpero nunca sombra que iluminación y al final del día no entiendo nada de todo esto.
|