¿Por qué incitas seguir en mi corazón?
Cuando invariablemente eres solo un extraño
Un desconocido, ambulando por mi mente

¿Por qué me duele tanto el hecho de no tenerte?
Cuando jamás te tuve.
¿Por qué dices ser lo que no eres?
¿Por qué...?

Me escribes como si fuera algo primario en tu vida
Cuando lo único que sabes es solo mi nombre
¿Por qué esas cartas solo expresan promesas sin cumplir?
Ese papel comburente de mi alma
Que las lágrimas intentan apagar
Más, no encuentró algún porqué para arrojar mis lágrimas
al abismo por un simple hombre que yace en el anonimato
Incitando quererme cuando la llama de quererte apagó hace años.

Cuándo muera seguirás enviando cartas viejas, de seguro.
Cartas que no serán vistas más por mis lágrimas.
Cuando timbre el teléfono seguidamente sin respuesta alguna
De seguro le prometerás hablar mañana
Después que ese mañana pase al olvido
y en el ayer vague de nuevo en tu cabeza
Dentro de otros diez años.

Ese pedazo de polvo que aún resplandece en tus memorias
Se desvanecerá
Hasta ya ni mi nombre, ni mis ojos seguirán marcados en tu cabeza
Porque en tu corazón, jamás estuvieron.

Me acerco más a la muerte cada día en tí
El olvido, lo que hace el no existir.
Lo que hace el morir.
¡Muero, muero!
De tu alma no espero
Pero aún te quiero
Mis lágrimas me lo susurran al leer tus palabras...
Cuando día a día muero y noche a noche vives...
Bajo la sobra de lágrimas necias al olvido.