Siempre que escribo un cuento, pues soy cuentera de profesión sin paga y periodista de paga mediocre, esta página me habla y me interpela a clasificar mi texto en narración, poesía y otros géneros literarios.

Debo reconocer que los conozco todos pero hay un término que no reconozco ni en sueños ni en visiones: HAIKU

Preocupada por esta situación, anoche me quedé dormida pensando en la palabra HAIKU. Estaba muy cansada para leer el diccionario ni menos para hurgar en la Internet.

Ahora me arrepiento profundamente de no haberlo hecho. Lamento las consecuencias de persistir en mi ignorancia.

HAIKU se apareció en cuanto cerré los ojos. Otro sueño, bastante más agradable comenzaba a penetrar mi cerebro alocado y desgastado cuando de pronto todo se va a negro y como si estuviera en un cine, esperando el estreno por el que pagué mi entrada, exhiben otra película.

Y abren la reja de calle y el portón. Invaden la casa, suben al dormitorio y me apuntan con una pistola exigiendo la clave secreta.

De nada vale el reclamo que hago por mis derechos a dormir y me arrestan sin contemplaciones. Me empujan a patadas a un automóvil y llegamos a una sala de interrogatorios (yo creía que era eso, tonta ingenua).

Primer golpe en la cara. Me dolió tanto como la sangre que salió por la nariz. "¡la clave ¡" gritaba un tipo encapuchado. "No se de ninguna clave, yo estaba durmiendo y ustedes...." y luego otro golpe que me aturdió. (a mí nunca me habían golpeado, imaginen lo que dolió eso)

Desperté amarrada a una cama. A un somier en realidad. La temida parrilla de la que hablan los torturados. Estaba vendada pero sentía todo. Mis captores reían y hablaban de lo "bien que la pasarían con la conejita" aplicándole "la corriente".

Tragaba saliva y sangre. Trataba de recordar o inventar alguna clave. HAIKU.

Ahí recordé un nombre extraño pero familiar. Esa era la clave. Se las daría para que me soltaran, para liberarme de este cautiverio horroroso que se asemejaba a una pesadilla de locos.

HAIKU empecé a gritar. HAIKUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU......y sentí unas risas.

Seguía gritando la maldita palabra y el grupo de verdugos se acercó. Me abofetearon por enésima vez y sentí como la corriente traspasaba mi cuerpo. Estaban comenzando a freirme como a un huevo.

Ya no era capaz de gritar. Solo murmuraba, musitaba, vacilaba, temblaba. Sentí que mi corazón se estaba comenzado a paralizar, que la muerte se acercaba. Sólo mis oídos funcionaban algo y escuché lo que decían mientras jugaban al poker en la otra pieza: "que imbécil esta conejita. Vamos a tener que tomar medidas más duras. Cómo va a ser esa la clave secreta si todo el mundo sabe lo que es un HAIKU".