Amaneció el día triste, tan triste cómo mi ánimo, ese que siempre estaba por las nubes y ahora andaba desmoronándose en el camino.
Hoy sentía mi corazón en tierra de nadie, entremezcla de amor-odio, añoranzas, libertad, el cariño no se perdía del todo, el respeto a ratos, la conducta del día a día tensa, el dolor y lo amargo a empujones queriéndose hacer espacio en mí, pero siempre con el firme y a veces flaco propósito de espantarlos, fantasmas que acechan y persiguen por todos los rincones.
Hoy el día amaneció triste, pero dentro algo de mí me decía, lucha, camina firme, no te duermas ni te despistes en el camino, el sol aunque hoy no lo veas está y está para ayudarte a ver la luz de tu camino.
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