Renuncié a ti
ya no esperaré más,
hoy te ofrezco mi amistad.
Ya no besos ni caricias,
no más llorar.
Hoy disfrutaré de tu sonrisa
sin propuestas, condiciones,
sin perdones y sin prisas.
Hoy renuncié a tus manos
porque ya no quieren mi contacto.
Y aunque mi renuncia es total,
de mi vida no saldrás jamás.
Hoy renuncié al dolor
de tus tibias esperanzas,
del silencio de tus labios,
de la rota madrugada.,
de ese eclipse que gozamos,
tú tan ebrio, yo tan triste y desolada.
Hoy renuncié a ti,
y sin embargo viviré por ti:
como amiga, como sombra, como nada.
Me rendí con la confianza
de que algo queda en ti,
el calor de una mañana,
aquella noche estrellada.
El vino blanco en la copa
que nos abrió el corazón...
nuestras vidas enlazadas.
Me rendí, se acabó,
no soporto más dolor.
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