Pobre alma perturbada, despojada de su mundo superficial, se recuerda a si misma, jugando con cartas marcadas, valiéndose de mentiras y traiciones, jugando con los corazones, solo para satisfacer sus caprichos, burlándose de las mas puras ilusiones.
A su paso no recuerda cuanto fuego fue capaz de derramar.
Sus miradas estaban llenas de pasión y su falsa sonrisa, de misterio, fue capaz de despertar los deseos más pecaminosos del pensamiento.
¿Cuántas noches pasaste sin rumbo alguno? Entre fiestas, viajes, lujos…
Miles de copas bebidas, todas de diferentes bocas, hoy es tu colchón, cementerio de incontables historias que murieron al salir el sol.
¿Cuántas frases ambiguas utilizaste para luego quedar libre de culpa ante los demás?
Fuiste sin duda alguna la envidia de tus amigos, durante mucho tiempo.
Pero te llego la hora, se te acabaron las caretas, te encontraste de golpe con el espejo de la realidad y esa fue la más amarga de tus horas.
¡Que desengaño! Ahora cuando descubres que tus bases son cenizas y que la soledad es ahora el peor de tus castigos.
Pobre alma atormentada, muy tarde aprendiste la lección, tu reputación asoló tu mundo, tu corazón esta vació y tus años te han convertido en un mendigo de sentimientos.
Y preguntas hoy. ¿A dónde fue toda esa gloria?
Pobre alma desdichada, ciega fuiste al no darte cuenta que tu gloria nunca existió, pues lo que se logra a base de engaños termina por convertirse en una mentira…
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