Jesser
Era como el despertar de un sueño, la noche profunda y la densa niebla, no lograban desviar a Jesser de su destino.
Corriendo, como una paloma en el vuelo, se va acercando poco a poco a la casa de su amigo Andrew, solo para despedirse de él, para decirle que siempre lo llevara en el corazón con el que llora, con el que ríe, con el que vive y con el que ama.
Paso a paso el ambiente se profundiza para caer en el lumbral de la puerta de su amigo.
Jesser, golpea tres veces la puerta con profunda decisión; nadie responde, el aire hace caso omiso a sus plegarias, pero un sonido se escucha a lo lejos, muy dentro de la casa.
Empujando la puerta, poco a poco esta cede a abrirse mientras que una escalera inmensa se divisa frente a Jesser, sin mas preámbulos ella sube decidida a resolver este misterio.
Ya arriba, se escuchan una seria de murmullos y sonidos que están del otro lado de la puerta de la habitación.
Jesser no puede ver lo que sucede, pero con la mano derecha sostiene firmemente la perilla y la gira... al abrirse la puerta un resplandor le hace ver algo que ella nunca antes hubiese imaginado.
Estaba ahí Andrew, en la cama con Aixa, su mejor amiga.
La lengua del joven parecía una serpiente mientras que cruzaba entre los pechos de su amada. Era tal el placer reflejado en sus rostros que unas pocas gotas de sudor se divisaban entre las sabanas blancas de la cama.
Jesser, con una furia incontrolable, jalo a Aixa por los cabellos y la azoto contra la pared, se acerco a ella y le dijo. – Maldita, dijiste que yo seria la única en tu vida.
De una forma muy cálida y cordial, Aixa le respondió.-Perdóname chiquita, ya no lo vuelvo a hacer. -coloco sus manos en la cintura de su amiga y le dio un cálido beso en la boca.
|