Y hoy me pregunté: ¿Cómo es que una mujer me puede hacer sentir tan bien? Antes no me había sentido así. Es una sensación de la cuál sigo impresionado. Fui consciente de lo que me sucedía solo hasta que deje de estar con ella. Pareciera que la realidad cambiase al estar con ella. En lo único en que pude fijar la mente era en su presencia, en hacerla pasar un buen rato a mi lado.

Pude confirmar lo que hace algunos días hable con un compañero: “Las mujeres te hacen moverte hasta una parte de tu cerebro en la que solo se piensa en la virilidad, en el sexo, en la reproducción de la especie” Ahora me pregunto: ¿Cuál es la diferencia entre el deseo y el amor? ¿Es el amor un desencadenamiento del deseo? ¿Es el deseo una consecuencia del amor? ¿Cómo defino lo que siento por esa mujer? Podría ser una obsesión, pero ya pase un buen tiempo sin verla y la reacción de mi cuerpo y mente era una exigencia de su presencia, talvez de su olor particular, su feromona. Un rechazo de su parte no me desanimo lo suficiente para dejar de conquistarla. Creo que un segundo rechazo no me desanimaría más de lo que lo hizo el primero. Entonces, ¿Qué es lo que me impulsa a seguir en búsqueda de su… aceptación? ¿Amor? ¿Compañía? ¿Cuál es la respuesta a todas estas preguntas? Esas respuestas las tiene el tiempo con ella, o sin ella. El tiempo sin ella es muy difícil de llevar, sobre todo si tienes la idea de que no volverás a llamarla ni a buscarla. Pasé esa etapa, ahora vuelvo a hacer para ella. Y su compañía, como ya lo mencione en este conjunto de palabras es muy grata, altamente grata. He pensado que puede ser la primera mujer a la que haya amado en mi vida. Le he hecho saber lo que siento por ella muy a menudo, casi todo lo que sucede en mi cabeza después de estar con ella lo he escrito. Ya no tengo más que escribir en esta hoja. Las opciones son para mi, algunas para ella. Sin embargo yo llevo la batuta en este caso y tengo las armas y estrategias para hacer cambiar su opinión respecto a mi, cambiarle el mundo, darle un vuelco a su vida, y de paso uno a la mía.