Casi nunca estamos de acuerdo con él, la mayoría de las veces nos corta el paso. Más de una vez no le hicimos caso como si el no existiera, pero siempre, casi siempre, sentimos una especie de remordimiento ante su mirada cambiante, por que en el fondo sabemos sobradamente el poder que tiene sobre las masas humanas mas grandes del mundo que se desenvuelven en las ciudades y capitales mas pobladas del planeta.
Si compañeros , me estoy refiriendo al semáforo, ese pilar multicolor que marca el ritmo de nuestro pasos por esta vida de peatones.
Es indiscutible que ellos provocan y amparan todas nuestras demoras, como peatones y como automovilistas, ni hablar si uno es un simple pasajero del transporte publico y en este caso me refiero al autobús. Siempre sufrimos el segundo que perdemos en nuestro trayecto cotidiano y en esa carrera nos gana mucho mas que algunos minutos y sin embargo tampoco le damos demasiada importancia cuando es así solo lo dejamos ser y nada mas.
En este pequeño recordatorio hacia este autómata compulsivo, no podíamos dejar de lado su función social en cuanto a las enmarañadas y abultadas reuniones al aire libre, que día a día en torno a él se brindan. Por ejemplo no se pueden ignorar las reuniones en el cruce de Goya con Alcalá a las 6 de la tarde, ni tampoco las conversaciones que por allí se escuchan:
· anda , hijo átate los cordones de esa zapatilla que te vas a caer!
· que no abuela, que no me caeré
- pero hijo si es que tropezaras antes de cruzar la calle!
- Que no y ya!
Eso sin nombrar las veces que un semáforo nos ha hecho mojar involuntariamente bajo un aguacero, sorprendidos en medio de la calle con solamente una mochila o una carpeta desconchada con la cual nos abrigamos como si fuera una tienda de campaña.
La verdad es que hoy por hoy ya nadie se detiene a pensar en un semáforo, ni siquiera a ver a esa persona que deambula con una carpeta en la cabeza debajo de la lluvia. Solo nos limitamos a esperar y a cruzar cuando la gente que nos rodea en medio de ese tumulto lo hace y así a medida que nos vamos adentrando en nuestros caminos, nos vamos superando en estas pequeñas metas que nos va marcando esta condición de ciudadanos de a pie.