Sentada frente a la televisión, mirando pero sin ver nada, arrastrada de su mundo hacia la realidad por el sonido de la puerta. Con cierta dificultad se levanta y estira un poco la mana para cojer un bastón de madera. Torpemente camina asta la puerta y abre.
Un chico joven de unos veintidós años se encontraba tras la puerta, con un sobre y una sonrisa agradable y dice: -Perdone, ¿es usted Aire?-
Aire con su pelo blanco como la nieve y con arrugas que muestran una larga vida, asiente con la cabeza torpemente.
El chico le acerca el sobre y se despide con una sonrisa. Ella cierra la puerta y se apresura para ver lo que contiene el sobre. Cogió un abrecartas y con mucho cuidado abrió la el sobre, dentro había una carta, la saco y la observo buscando quien la había escrito pero no ponía el nombre del remitente. Abrió la carta y saco una hoja escrita con mucha delicadeza. En el momento que leyó las primeras lineas sus pupilas se encharcaron y en vez de sonrisa tenia una mueca. Torpemente y con un temblor incontrolable en las manos, llama a un taxi para que venga a recogerla.

Treinta minutos después Aire se bajaba del taxi y traspaso las puertas del cementerio. Caminaba entre los nichos como si ese camino lo hubiese recorrido antes. Pasando la caseta del guardia giró a la izquierda por la zona donde se encuentran las tumbas, pasando por todas ellas sin mirar, se para en seco delante de una tumba que parecía que no limpiaban desde hacia años.
Torpemente Aire se agacho y con un susurro de su voz empezó a hablar.
-Hola Kayn. Como prometimos, he venido para leer la respuesta de nuestro juego de niños. Se llama Alicia y es argentina.............