Como me gusta que no guste a todo el mundo. La gente dice que llueve. Por suerte llueve. Pero me gusta que no todo el mundo sepa saborear esos días. De verdad, no lo digo en plan presuntuosa, pero creo que hay que tener cierto gusto estético para saber apreciar cada detalle-sensación de esos días.
Me levanto y hay algo de niebla, ya huele distinto. Las sábanas se quedaron frías y me pongo una chaqueta sobre el camisón. La cafetera ha sonado hace un rato, el olor de café mezclado con el de humedad de la casa es reconfortante. Me pongo un café y salgo a la galería. Dios!! Qué visión, el verde del prado empieza a pedirle paso a la niebla, pero muy suave, como quien no la quiere cabrear, sino irla amasando y disipando poquito a poco.
El burro ya se despertó hace tiempo y no se cansa de dar los buenos días, las vacas, les vaques…. del establo de abajo ya se han ido a pastar. Oí a Alvaro (el casero) que se marchaba con ellas muy pronto, cuando yo aún me dejaba abrazar por las sábanas, me quería asomar a la ventana para verle partir, me gusta, pero las sábanas no me dejaron, me sujetaban.
Me enciendo un cigarro, de verdad dejaré algún día de fumar? Pero, es que... mira cómo sabe, con el café calentito. El humo que sale se va hacia fuera de la galería, querrá juntarse con la niebla para irse con ella? Sí, creo que se gustan. Bueno, de ese modo algo mío se va también con ella. Hasta mañana. Hasta mañana que vuelvas a venir a despertarnos. Niebla, que suave eres, pero nos engañas, pareces densa y qué va… no es así, luego no hay quien te atrape.
Ya te vas marchando, empiezo a ver los eucaliptos del peñote de la izquierda. Tengo que intentar subirlo, lo digo todos los años, lo vuelvo a decir éste aunque no lo haré… Pero me intriga, cómo será por dentro? Es un triángulo, como un trozo de tarta con muchas velas de cumpleaños clavadas, cientos de eucaliptos. Alvaro dice que son demonios, que se comen la tierra, que un árbol que crece tan rápido tienen que ser un mal bicho… Pues a mí me gustan...
Cuando dejo de pensar, me fijo y me doy cuenta de que la niebla ya se ha ido totalmente, qué cabrona, nunca la veo partir. En el último instante siempre me distraigo con algo y no llego a percibir cuándo se escapó.
Me da pereza vestirme hoy. Venga….. ya sé, me pondré un baño… Sí, esa idea me da un poco de energía. No sé que me pasa aquí, Conchina (la mujer de Alvaro) dice que es porque me entra morriña. Porque empiezo a pensar que en realidad no soy de aquí, y que estoy de prestado. Yo creo que más bien será la altura, el mar, que se huele desde aquí… El caso es que me deja bajilla.. estoy como lenta… Sólo me entran energías por la noche. Uffffff, entonces no hay quien me calle, sólo quiero hablar, y hablar, mientras tomo un vinito… contigo.
Me voy al baño. El agua estaba a punto de desbordarse, paso la mano por encima de ella, como acariciándola, otra que no se deja acariciar bien.
Mientras que estoy dentro de ella, pienso qué hacer hoy. Voy a ir a Valdedios. Mierda!!, ahora que pronuncio ese nombre, me doy cuenta de que me ha vuelto a pasar… No te he dicho los buenos días. Lo siento, soy una maleducada por despistada, ya lo sabes… No es el mejor sitio para darte los buenos días. Así que salgo del baño, me pongo el albornoz y ahora sí que te digo: Gracias Dios mío, por todos los regalos que me llevas haciendo desde que me he levantado. Estoy un poco dormida todavía, luego te cuento más cosas, cuando esté en Valdedios. Pero fuera, vale?? Te saludo dentro y luego me salgo, ya sabes que me gusta más hablar contigo fuera. Sentada en la piedra, y descalza, con los pies en el verde, mmmm….. qué gusto. Prometo no fumar mucho mientras que esté hablando contigo. Además tengo que contarte, que anoche me llamó.
Estuvimos hablando una hora, pobre, le voy a fundir la cuenta con mis ataques de diálogo nocturno. Me dijo que le han dejado adelantar las vacaciones. Viene pasado mañana!! No fue mala idea que me viniese yo antes, he disfrutado mucho sola estos días. Pero me muero por compartir todo esto con él.
Dice que le doy miedo, que se imagina que cuando venga voy a estar como unas maracas de tantos días sola, pensando en mis cosas y dejándome llevar por mis historias… Pero lo hace para picarme. Sabe que no. Que quiero que venga ya, le echo tanto de menos…
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