Ensayo
“Reflexión sobre la adicción”
- basado en el principio caótico-
Desde los tiempos anteriores a la historia, el ser humano ha recurrido a sustancias externas a su propio cuerpo para aliviar dolores físicos, psíquicos y aquellos que trascienden a su propia comprensión. Quizás la adicción a las drogas es tan antigua como el hombre mismo y recalco el hecho del hombre como tal, como ser pensante y trascendente. Antes de las grandes civilizaciones los primeros asentamientos humanos, bandas o grupos nómades cazadores y recolectores, al calor de una fogata, trataban de manera primaria de explicarse el sentido de las cosas y el de sí mismos, insertos en las cosas y quizás, al no tener una explicación más certera de los hechos que lo circundaban, crearon códigos de pensamientos que si bien servían a sus propósitos inmediatos, distaban mucho de realidad en si. El miedo a lo desconocido, a las bestias que reclamaban sus cuerpos como alimento y a la clara debilidad física en comparación con estas, es que estos códigos crecieron de manera poderosa y se hicieron parte del ser mismo (self)- el hombre trascendía al dolor, al miedo, a la angustia y lo que en esta tierra no tenía explicación, en otro mundo si – y el pensador práctico se convirtió en el ser abstracto, dando origen así al ser que hoy conocemos como ser humano; un ser que vive en dos dimensiones: el ser interno y el ser externo(el miedo creador y el ser sociable).
“Nuestra meta es una completa comprensión de lo que sucede a nuestro alrededor y de nuestra propia existencia”- Hawking Stephen W. “Historia del tiempo”. Los primeros hombres trataron desesperadamente de explicarse el sentido de sí mismos, sin embargo y a pesar del eterno y perfecto movimiento de las cosas, nosotros los hombres por este divorcio primigenio y esta ambigüedad de ser, quedamos irremediablemente desconfigurados y a destiempo con el movimiento de las cosas, produciéndose así nuestra zozobra existencial, y a tientas seguimos nuestro camino hacia la comprensión de los hechos y de nuestra existencia en ellos. En la incesante lucha por buscar un sentido quizás lejano a nuestra propia ambigüedad de ser, indefectiblemente caímos en el vacío que confronto nuestra ambigüedad de ser con la realidad que evoluciona independiente de nuestro deseo de controlar el medio, cayendo con ello en una inercia (vacío existencial), y aceptando este hecho contradictorio. Es que de nuestro desajuste hacemos el sentido en el no-sentido. Por tanto, al igual que en le principio de los tiempos, el hombre está prisionero del miedo a lo desconocido y los mismos códigos que lo prodigaban, hoy los destruyen. Entendiendo que la adicción en cualquiera de sus manifestaciones es el temor existencial a lo desconocido (involución caótica).
La experiencia humana consistía únicamente en interpretaciones parciales y condicionales sobre la serie de aconteceres en el tiempo- John Lewis- “Ciencia fe y escepticismo”. Lo que supone que la explicación de la existencia no debe caer más allá que la realidad presente. El adicto inmerso en un vacío existencial busca la razón de ser, más allá de la razón misma, centrando sus objetivos en un mundo más allá del mundo real, cayendo inconscientemente en la involución del desarrollo mental que lo lleva a la incomprensión de la existencia evolutiva.
“Me contradigo a mí mismo. Soy basto, contengo muchedumbres” (Walt Witman).Tomando este extracto de este gran poeta norteamericano, cabe señalar la gran complejidad del ser humano; los secretos tras bastidores que conforman la mente humana. La adicción sin duda es uno de los desajustes más misteriosos de la actualidad, inmersa desde luego en un porcentaje importante de la raza humana. Nos presenta un enorme desafío tanto a pensadores solitarios como a entidades académicas, empresariales, gobiernos y al adicto mismo.
En síntesis es fundamental introducirce al miedo originario fuente de nuestra actual cultura.
Eduardo Roa Ureta
Adicto en recuperación
Terapeuta en Adicciones
Universidad de Santiago de Chile
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