Y sabré de cercanía a ojos cerrados cuando tu cabello bañado a en brisa de seducción coquetee con mi rostro.
Sabré de cercanía a ojos cerrados cuando tu piel de aroma a mañanas venideras se estrelle contra mi ser.
Cuando no sea el viento quien me traiga tus palabras, si no tu corta distancia.
Cuando Escuche nuvemante en el aire el latir de ese corazón que una sonó fuerte apra recordarme que ahí está.
Entonces sabré de ti y mis ojos no nesecitarán estar abiertos para verte.
Mis manos atadas podrán igualmente acariciarte y mis labios beber de tu besar.
Texto agregado el 13-03-2005, y leído por 144
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