PEQUEÑOS LOGROS
Éste es tu momento, todas las miradas sobre ti, todos expectantes.
Pensar que todo empezó hace poco, tan solo tres días, les dijiste a todos que conseguirías hacerlo, algunos se rieron, otros dudaron de tu palabra, solo unos pocos, con su silencio, entendieron que con tu determinación lo lograrías.
Es de noche, las luces de la calle crean una multiplicidad de sombras sobre quienes te rodean, te llega también el viento frío del mar, ves los autos pasar a gran velocidad, por primera vez te pones a pensar hacia donde van, ¿llegarán a algún lado?, ¿habrá dos que busquen llegar al mismo lugar?, ¿cada uno busca su propio destino o todos pelean por el mismo?, pero bueno, eso no es lo que importa en este momento, hay otros temas de los que preocuparse.
Sí, te miran todos, algunos ansiosos, otros calmos, pocos confiados, tú pones tu mejor cara, no quieres decepcionar a aquellos que han dicho que podías hacerlo.
Bueno, primer intento, haces fuerza con confianza, pero ves, casi en cámara lenta, como tu mano se zafa, comienzan algunos a vacilar, se los nota preocupados, tú dices: “bah, nunca sale de primera”, y eso los tranquiliza, tienes la confianza de todos ahora.
Intentas una segunda vez, y tampoco lo consigues, entonces es por primera vez que te sientes nervioso, sientes la presión, las miradas penetrantes y las expectativas, y al mismo tiempo ves a un hombre que pasea a su perro, ves a personas corriendo, otros sentados tranquilamente, hablando de la vida y más seguramente hablando de la vida ajena, esta distracción momentánea de tu mente te tranquiliza y hace que veas con confianza a tus amigos. Aunque por dentro tus pensamientos sean un desorden cualquiera que te vea notará que tienes una fuerza exterior, y en este momento lo que necesitas es mostrarte fuerte, aunque no lo sientas.
Muy bien, tercer intento, tu última oportunidad, en este momento deseas que aquel dicho popular sea verdad, si, aquel que dice que la tercera vez es la vencida. Sientes esa gota de nerviosismo que cae por tu frente, sientes como trabaja tu corazón, más acelerado que de costumbre, sientes como vas perdiendo el pulso hasta que se convierte en un movimiento nervioso, también sientes como se entumece tu brazo izquierdo debido a la fuerza que estás aplicando, pero no importa, un poco más de fuerza, un poco más de voluntad, un poco más, tan solo un poco más…
Y si, finalmente lo logras, ves las miradas de aprobación de todos los que se encuentran a tu alrededor, el clima de tensión desaparece, tu cuerpo se calma, ahora tu único sentimiento es la alegría, comienzas una risa ganadora, una risa contagiosa, todo es un festejo. La noche se vuelve perfecta en tus ojos, el momento es especial.
Has logrado destapar la maldita botella de cerveza con un encendedor.
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