Tibios rumores,
deslizándose en la piel.
Tu voz en susurros,
no alcanza a quebrar
la cadencia de la lluvia.
Habitación en penumbras,
luz y sombra en juego,
apenas alteradas.
Es mi respiración,
la que acompaña tus latidos.
Brillaron tus ojos
en medio de tintes claroscuros,
se teñía la habitación.
Provocaste las caricias,
en las cuales mis manos
se afanaron con tu cuerpo.
Me acerqué hasta tu boca,
esperando saciar
la sed que no reconozco,
fue excusa perfecta,
mis labios en los tuyos,
misterioso roce,
magia de deseos incumplidos.
Respondes sin palabras,
me llamas a más.
Tiempo detenido.,
instante preciso,
se prolonga entre infinitos,
estremeciendo las almas. |