Él: Maldita!
Ella: Si, soy una maldita!
Él: Perra!
Ella: Si, soy una perra!
Él: Porqué lo hiciste?
Ella: Porque quería sentir el placer de juntar nuestras manos, saborear sus dulces labios en las calles atenienses... Pero ante todo me respetas Edipo, porque suy tu madre!
Texto agregado el 10-03-2005, y leído por 133
visitantes. (1 voto)