Adpenedizo: Se dice del pene que llega a una posición que no le corresponde o a un lugar en el que le consideran extraño, como un pollón en la corte del Rey Arturo, o un bàlano en el convento de las Clarisas.
Capollòn: Miembro viril eclesiástico, que ejerce sus funciones en distintas instituciones. Famosos son los Capollones Castrenses, pues unen las virtudes de los unos con la disciplina de los otros.
Enpenenar: Añadir a una bebida o comida un órgano sexual masculino. Esta costumbre era muy usada antiguamente, ya que la gente no tenia ducha ni bañera, y aprovechaban cualquier copa o vaso que vieran para remojar un rato la colita. De ahí surgió la costumbre del brindis, ya que nadie quería soltar su copa, y querían ver donde tenían las manos los demás comensales. En España, el hecho de que cualquier julay te alojase la mandinga en la bebida, aguzó el ingenio hasta dar con la solución: el botijo.
Envergadura: Ejem ejem... esta palabra conviene escribirla siempre junta, al menos si hay niños o abuelas delante.
Espeneóloga: Mujer de sorprendente catadura moral, a un tiempo procáz y timorata, salida y timidilla. Dedica toda su vida a buscar órganos sexuales masculinos, pero los busca en las profundidades de la tierra y en las simas abisales.
Faloma: Organo sexual masculino volador que habita en las ciudades, y adorna parques y jardines con su porte y su presencia. Un falo blanco de estas características es el símbolo internacional de la Paz.
pene: Organo viril, glande, falo, verga, miembro, bálano, rabo, pito, polla, cola, cosita, pilila, manguera, liana, pollón-pollón, nabo, cimbrel, cirio, cilindrín, la serpiente de un solo ojo, la impaciente, el cetro sagrado, el asta de la bandera, el caballito de papá, mi osito de peluche, la piruleta saladita, mi amigo el calvo, el rey de la casa, la palanca de cambio, el terror del sótano, la cosita calentita, tu juguete favorito, el calientamanos en invierno, tu consejera, tu compañera del alma. Un hombre siempre escucha a su pene, y por su pene es capaz de los mayores desvelos. Por satisfacer a su pene, el hombre inventó la poesía, la música, la pintura, el arte, la ciencia. Por darle gustito a su amiguito, el hombre renunció a su vida libre de cazador, y aceptó un empleo de 9 a 20h. El pene de un hombre es la causa de todos sus males, y al fin, también el remedio. El pene es el motor del mundo, los hombres se mueven por él, y las mujeres nos miran, asombradas.
Penedenciero: Verga aficionada a provocar riñas o peleas, especialmente cuando están borrachos, o cuando el Real Madrid es eliminado de la Champions (a joderse).
Penediente: Adorno con que las mujeres de una apartadísima región de Toledo adornan sus orejas. Están hechos con los dientes de un foráneo (o un Luterano, lo que encuentren antes), y tienen la forma que usted ya se puede imaginar. Son muy escasos, y los que existen, son, además, muy feos y carísimos.
Peneficio: Numero de órganos sexuales masculinos que se obtiene tras una inversión. Pongamos un ejemplo: si una mujer invierte una hora en arreglarse para una cita, y consigue llevarse al hombre a la cama, podríamos decir que su peneficio ha sido de 1 (a menos que el hombre sea un fenómeno de feria, en cuyo caso ese numero aumentaría).
Penemigo: Órgano sexual masculino, que nos tiene jurada animadversión, y que, por tanto, trata de jodernos.
Penoso: Órgano sexual masculino de los plantígrados en general, y de los osos en particular. En Madrid es famosa la estatua “El Penoso y el Madroño”, sita en la Puerta del Sol, en la cual un pene de grandes dimensiones trata de alcanzar a un pobre leñador, que se oculta entre las ramas, angustiado. Según múltiples y surtidos expertos, dicha leyenda, vaya usted a saber por qué motivo, es símbolo de la ciudad de Madrid, y de sus gentes.
Resfalòn: Traspiés dado con un órgano sexual masculino húmedo.
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