No llores si me amas.
Te lloré mucho, muchísimo, mis lágrimas desbordaron los ríos, los lagos, e inundaron los mares y aún sequía llorándote.
Traspasaron las nubes y se perdieron en el cielo.
Este me las devolvía en forma de perlas azules, las cuales como espinas punzantes perforaban mi carne, destruían mi alma y anidaban en mi mente formando un loco enjambre de penas y dolor.
Tu sequías diciéndome:¡No llores si me amas!
Pero yo no encontraba sosiego, no quería encontrarlo, tan solo me lamentaba:¿Por qué yo, por qué a mi, por qué no al otro?
Y luego llegó el cruel desenlace; una última mirada de tus ojos grises, una última sonrisa y las palabras:¡Tú podrás, Marieta!
Y la vida se terminó, el cielo desapareció, la oscuridad cubrió todo y ya nada tenía razón de ser.
Pero el mundo siguió girando; tú ausente, yo sola y todo nuestro amor, promesas y juramentos convertido en jirones inútiles del pasado. Yo rezaba y pedía que regresases a mí en los sueños, pero no pasó nunca.Mi barco estaba a la deriva, sin rumbo, sin futuro
Y una noche de pronto sucedió
volviste a mí diciéndome:
! Volverás a verme y encontraras mi corazón que te amó y te sigue amando, cuando se apague tu llanto, por eso no llores si me amas!
Mi sueño se fue, tu imagen con el y tan solo quedó el recuerdo de tus ojos grises y las palabras gravadas en mi mente y la pregunta:
¿ PODRÉ ¿
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