Esta es mi tierra, el lugar donde nací. Un día muy soleado, salí a tomar un café a la hora del té, pero no me paso exactamente lo de la canción del perezoso. ¡Fue algo peor!
Unos ciclistas se acercaron para observarme, y yo confiada me quede estática, dejando que admiraran mi belleza y la gama de mis colores, pero como en este planeta lo bonito es malo, estos engendros me capturaron y me encerraron en ese horrible lugar. ¡Un faro! Es que aun no lo creo ¡un maldito faro! Si hace un momento danzaba libre por los árboles, y el viento me arrullaba complementándose con el calor de ese ardiente sol, sintiéndome muy feliz; pero ahora no me queda mas remedio que esperar que alguien me salve, rescatándome para ser su esclava toda la vida; aunque sea que un ser me rescate y me lleve a su casa, será mejor que me quite y me prive de mi habitad, pero es mejor que esta pécora prisión. Ahí viene un motociclista, ojalá me ayude: ¡oiga compañero, ayúdeme, que alguien me saque de aquí! No, paso y ni volteo a mirar a este lugar. Dormiré y esperaré que resulta el día de mañana quizás cuente con mas suerte.
Al día siguiente…
Aaaaaaahhh… que sueño, que monótona es mi existencia; pasan carros, personas, Ángeles y animales, y al parecer no tengo ninguna importancia para ellos, ¡para nadie! Estoy aburrida, tengo hambre y me siento débil. Me gustaría saber por qué se ha perdido el respeto por la naturaleza; ¡no me explico! Si antes todos convivíamos en un eterno paraíso. Solo espero que tu que lees esta nota, comprendas mi sufrimiento y vengas a liberarme para ser como antes, una iguana libre, disfrutándose toda su vida. Es que simplemente:
¡TE ESPERO LIBERTADOR!
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