En un bosque encantado, donde la naturaleza parecía ser la madre del ambiente y, los seres mas diminutos resplandecían con su belleza por el cuidado de las hadas y los magos, apareció una fuerza destructora que jamás alguien había anunciado; una energía que creció al pasar de los tiempos, evolucionando para destruir el mundo de las fantasías, acabando con el resplandor de lo estético y el sentido de la existencia. Dejaron de existir las hadas, los duendes y los magos, y aquel bosque dejo de encantar a lo encantado. Cuentan que un día este monstruo de energía, vertió en una olla a los duendes para prepararse un caldo, a de mas acabo con las hadas y los magos con ayuda de la perversa contaminación, que era como un insecticida para los insectos.
El hombre, animal razonable pero bruto, destructor de la belleza y de la estética, luego de acabar con la imaginación, quiere retomarla por medio de las artes, menos mal que en esta vida nunca es tarde y podemos solucionar muchas atrocidades. Llegara el día en donde el ser humano abandonara la modernidad y la moda, retomara sus raíces y recordando a sus ancestros, vivirá en una tribu proclamándose chaman o ser de sabiduria; utilizara a natura como medicina espiritual, logrando la pureza divina; dejara el trueque y el poder, aquellos factores que desviaron su evolución. Al final todo volverá a ser como antes, regresara la magia y lo maravilloso al universo, y todos nos convertiremos en árboles, los sabios del destino.
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