APOCALIPSIS ¡NOOOOOOOOOOO!
Sonó el despertador, a las 8 en punto, Tomás lo escuchó desde la cama y lo odió como todas las mañanas, su deseo hubiese sido taparse la cabeza con la manta, olvidarse del mundo y que el mundo lo olvidara.
La casa respiraba un frió gélido, en la cutre cocina se preparó un café (el último que quedaba), maldijo para dentro, se vistió y salio hacia su trabajo, precario como cargador eventual en una empresa de transporte, lo único seguro era el deslome y el sueldo escaso.
Tenía 28 años, Ateo confeso con vistas al exterior, pero en su fuero interno suplicaba al ALTÍSIMO, licenciado en Biología pero incapaz de ejercerla, no por falta de ganas, por no encontrar empleo, tenía la ilusión de montar un pequeño negocio de investigación y un buen proyecto, pero le faltaba algo imprescindible “dinero” para ponerlo en marcha, conseguirlo se había convertido en misión imposible, lo había intentado por todos los medios, en todos los bancos …siempre con el mismo resultado. - nada tienes, nada vales-, conclusión los bancos solo dan dinero a quien lo tiene.
Mientras caminaba sumido en sus negros pensamientos, observo una nueva entidad bancaria.
- ¡son como hongos!- pensó- juraría que ayer no estaba,
algo le indujo a entrar, conocía de antemano el resultado de la gestión, pero tenía que hacer un nuevo intento.
A pesar de la temprana hora, en el Banco ya había gente, esperando ante las ventanillas, y sentada en una especie de sala, para hacer gestiones más personalizadas.
Se quedó de pie no había sitio, mientras observaba sus zapatos se le acercó una amable señorita que le preguntó que clase de gestión deseaba realizar, inmediatamente fue conducido al despacho del director que le esperaba de pie con la mano extendida .
A Tomás le pareció simpático, tenia acento andaluz, le ofreció tomar asiento, y se dispuso a escucharle, pero antes ordeno por teléfono que nadie les molestase durante la entrevista.
Tomas se sentía incomodo, no podría precisar el motivo, pero intuía algo extraño.
Termino su disertación sin interrupciones, un sonriente interlocutor sacó de su cajón unos impresos, que le extendió, Tomás los tomó e hizo ademán de levantarse pero se lo impidió.
-Tiene que cubrir estos impresos, es muy sencillo.
¿A él se lo decía, que había cubierto cientos...? respondió con suficiencia.
-ya, ya lo sé, me los llevo los cubro en casa y mañana los traigo (era lo habitual, después de unos días le llamarían para decirle que la operación era inviable por carecer de bienes, avales, nomina, etc.)
-No, no, cúbralos ahora. (tajante), yo permaneceré con Vd. para aclararle cualquier duda que pueda plantearse, tómese el tiempo que necesite.
El mosqueo empezaba a ser importante, pero obedeció, cuando llegó al apartado de la cantidad, miro al Director (pensaba)-si pongo 30.000 euros me lo deniegan en el acto, casi pongo la mitad )- como si hubiese adivinado sus pensamientos, el director le preguntó.
.
-que cantidad estima?,
no le dejó responder, se respondió el mismo,
-haciendo una valoración de lo que me ha expuesto, yo diría que uno… 70.000 euros.
y prosiguió,
-Si, sin duda, esa es la cantidad.
Tomás escribió la cifra (sin convicción)
-(pensó) ¡que mas da, como si pongo mil millones!.
Le entregó los impresos cubiertos, extendió la mano y se levantó con la intención de marcharse, nuevamente se lo impidió.
-Adonde va?, no quiere el dinero?
Tomas, ya no aguantó con ostensible cabreo miró hacia el techo buscando una cámara oculta.
La carcajada del Director del banco parecía tener la clave.
Un ataque de cólera lo poseyó.
-¡No, no puede ser!, ¡esto es una broma cruel!,
dijo dando un fuerte puñetazo en la mesa.
Enseguida la voz apaciguadora del director, le tranquilizó.
-No, No hay ninguna broma – CALMESE, ahora mismo le abriré una cuenta en la que ingresaremos la totalidad de la cifra que ha solicitado, podrá disponer de ella en este mismo momento si es su deseo.
Tomás no daba crédito a lo que estaba escuchando.
-No entiendo, he pasado por todas las entidades bancarias de esta ciudad, me han denegado todas las solicitudes presentadas, conozco su política, ¿y Vd. quiere hacerme creer, que me van a dar el dinero sin ninguna garantía?
El director le explicó que se trataba de una experiencia pionera, de la que iba a ser el primero, le había tocado por sorteo, era la persona número 13 que entraba antes de las 9,30. , tenía un buen proyecto, confiaban en él y toda la garantía que precisaban era su entusiasmo y sus ganas de salir adelante.
Después de realizar los tramites pertinentes, Tomás con el dinero en un abultado sobre en el bolsillo de la cazadora se despidió agradeciendo efusivamente al Director su sorpresiva gestión, este le dio un fuerte apretón de manos, mientras decía.
-TENEMOS FE.
Con las manos en los bolsillos, pellizcándose a través de la tela del pantalón, sintiéndose un hombre feliz, salió.
Su cerebro fue incapaz de asimilar lo que se encontró en la calle, EL CAOS, los edificios se derrumbaban a su alrededor, un terremoto de magnitud incalculable, sacudía la tierra, Ángeles surcaban el cielo con trompetas, y una voz atronadora que venia de lo alto le llamó por su nombre
-¡!TOMAS, TOMAS, tu suplica ha sido escuchada!!.
De la boca de Tomás se escapo un alarido
-¡!HIJOS DE …..!!
No pudo terminar la frase un meteorito de descomunales proporciones, impacto contra él fulminándolo en el acto.
Nuevamente se escuchó la voz atronadora desde lo alto.
-¡POR BLASFEMO!
Después… un zumbido.
Sonó el despertador, a las 8 de la mañana.
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