Esta puerta, pesada, metálica, sonora
y hermética, sellada a toda hora
de arabescas bisagras herrumbradas
sin mirillas que perturben y ferroso
pasador siempre calzado
que protege el oscuro, silente, prolongado
corredor umbrío y tosco de bloques
de soledades construidos
Esta puerta muralla de la vida al corazón
palpitante, dolido, expectante
que hoy delicada, tierna, amorosa
lentamente con mano añosa
abro de la vida al sol, cálido
dejando no sin temor, entrar el día
naciente, prometedor, lisonjero
para que con soleada luz de amor
ilumine lo recóndito del laberinto
donde se extremese, se conturba, se contiene
el alma
Esta puerta a fuego y dolor sellada
Esta puerta hoy la abro para ti
para tu ternura, tu premura
Entra cuando quieras.
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