Sobre olas a destiempo parte un barco con silencios, repleto de besos inmigrantes, de aguas sensoriales.
Mil plegrias líquidas a un sol lejano y triste. Inmortal recuerdo de un mundo que ardió como castigo.
El viento carga los rostros de seres que beben olvido. La fría realidad de ser la sombra del propio ideal.
Habitar ciudades de papel que la lluvia desarma. Manifestar impotencias sobre vidrios espejados.
¿Qué decir de los amores que mueren sin morir? Sólo gritos sin habla de un perdón azul marino.
Cuando amo soy un niño que se sabe peregrino.
Ahora veo el horizonte como un extraño privilegio, como el premio de ser aire que recorre el mundo entero.
Ya no importan las canciones que le regalo a los sordos. Sé que entre las flores se esconde alguna oyente.
Texto agregado el 08-03-2005, y leído por 149
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Lectores Opinan
08-03-2005
Saludos a Viña del Mar (yo soy de ahí... o, quizá, de aquí)... pubis
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