Duerme!!! el estado de inconciencia me estaba llevando a limites que no sabia que el dolor podia alcanzar, el pozo de los sacrificios se convertia en el magnifico templo donde aun trato de ingresar para orar por nuestros intereses.

Las noches anteriores eramos solo un par de amigos que disfrutaban robando nectar de los dioses, nuestra pequeña sociedad habia acordado no batallar nunca mas, despues de analizar la ultima nefasta experiencia, los alrededores del castillo servian para nuestras reuniones secretas, para nuestros rezos mudos, y nuestras fiestas eternas.

Siempre, ahora mas que nunca mis timpanos despertaban emulando los sonidos atroces de esa nueva musica, la que alguna vez llame sin sentido, ahora lo tenia, embriagarnos hasta recordar nuestra verdadera pasion por el arte, todos reian, pero nadie lloraba, nunca nadie lo habia hecho, solo que ahora no habia ninfas asesinas, ni doncellas de fuego, todo era comprension, tal vez amargura alegre, y mis demonios personales volvieron para seguir clavando un puñal en los recuerdos indomitos que brotaban por mis ojos.

La noche avanzaba igual que el futuro, igual que una nueva batalla, y fue cuando el caballero fiel de la muerte, me condujo a un frenesi impensado, claro esta, inconcientemente, o por lo menos eso creo yo, fue cuando esta guerrera se acerco a mi, luego de unos cuantos centurios desde que forjo su espada, sus brazos eran calidos como la pasion que brotaba por sus labios, ella batallaba y por lo tanto prohibida para mi, jamas lastimaria un defensor del sentimiento, y eso se hace cuando se siente, y es ahi cuando mi cabeza da vueltas sin alcohol, da giros sin velocidad y ama sin tener a quien amar, por que no entiendo que es lo que defiendo, y cuando lo descubra es por que ella es la razon de batallar.

Los ogros que capturan princesas dormitaban al compas de unas risas macabras que yo compartia, y el pequeño grupo de aventureros en los que me incluia llegaba a lo hinospito del lugar, apresurados por que el casero veia un dragon, los elfos recorrieron el lugar, la guerrera y yo nos fundimos en una batalla poco comun donde las armas fueron palabras al odio, y nuestras heridas la cercania de los labios sedientos de los otros.

Los pensamientos invadieron mi terreno, el caballero de la muerte trato de darme consuelo, pero el entendimiento era poco para tal atrocidad, me estaba enamorando de verdad. La princesa que por juramento amaba, me abofeteo con sus tiernas manos de petalos de rosa y comprendi que no era amor real, huyendo al pozo de los sacrificios la encontre, la guerrera vestida de doncella, algo de dragon tenia ella, algo de grandeza bajo su armadura, y mi timidez se vio vulnerada y sus brazos me amaron para siempre y su cabello humedo me recordo todo eso que no conozco, y las lagrimas nunca brotaron por que por primera vez no fueron necesarias, debo reconocer que el dolor que embarga mi corazon se debe a principios elementales de como ser un perfecto imbecil, principios que nunca violare.

Todo fue silencio en el momento de demostrar que para amar se necesita un poco de todo y absolutamente nada; estrategias jamas utilizadas, tacticas siempre implementadas, ella rompia todos los canones de mi sentido, las neuronas enloquecian y decian "Besala de una vez por todas"; pero eso hubiera sido asesinarla, por que el amor es infinito pero la mente no, y ella solo tiene pensamientos innecesarios, de sus sentimientos basicos, por un cazador. Confesiones de una mente acorralada, inmaculada, totalmente enamorada, palabras sabias y profanas, caricias necesarias, todo eso lo sabe ella y lo se yo, pero tambien sabemos que lo nuestro jamas pasó.