Como si fuera el mar mi acompañante
puedo escucharlo llamar
a las olas que piden ayuda
al agua que pide el mar.
Como si fuera el sol mi destino
puedo escucharlo llorar
por las luces que se apagan
por el color celestial.
Como si fuera la mañana una promesa
puedo llevar su olor
y el calor de su brisa.
Puedo cantar el recuerdo hacia las sombras,
y escapar por sus caminos
sin prisa.
Como si fueran los días un delirio
puedo verlos pasar
con el viento.
Puedo sentir su aroma disipando
puedo oírlos cantar.
Como si fuera yo un pájaro
puedo volar más allá que el sueño
y despegar a lo lejos y piar
que la soledad se entregó
al olvido
y que está suelta
a su destino.



©Natalie Najshomov, Marzo de 2005.