Es cierto, soy una acostumbrada empleada de farmacia que nunca va a cambiar de empleo y que siempre va a tener ganas, pero no proyectos. También es cierto el número de mi documento, con lo que implican los dos primeros dígitos.
Creo demasiado en la muerte como para vivir, y tengo miedo hasta la última de las particulas que va descendiendo a ritmo de pluma y se posa imperceptiblemente sobre mi piel. Hasta miedo al no-miedo.

Puede que pases sin mirar. Puedo ejecutar la peor perversidad contra mí misma por disfrutar secretamente lo doloroso en igual frecuencia con que vos disfrutarias... Mejor me callo. Tengo muchas palabras y pocos silencios. Aunque los inviernos me han helado las cuerdas vocales, y por poco me matan el oído de tanto permitir cojudeces.

Y bien, volviendo al tema,a cerca de que soy inútil. Ah, no, cierto. No era inútil. ¿Qué era lo que me habias planteado? Ahh, ya. Ya. De que era estúpida. Sí. Sí. Creo que así dijiste.

Muy estupida. Sí. ¿Y? Lo sé desde la cuna, mientras mi tía me daba cachetazos para que me callara y yo le sonreía. A veces le tiraba del pelo, es cierto, pero terminaba perdonandola como el mejor de los caninos perdona los palos de su dueño.
Y bien. Decía, que es cierto que soy estupida. Pero mientras me lo plantees, mientras te sigas tomando el caluroso trabajo de exponermelo con tanto detenimiento, con tanta voluntad, con tanto entusiasmo, con tanta frecuencia, sabré que quieres que lo cambie. me pregunto por qué no lo cambias de una manera más simple... Podrías... sencillamente...
Anotarte en un programa de parejas, o... quien sabe... de pronto unc lasificado, un cita casual, un mensaje por correo electronico...

Creo que los dos queremos algo que el otro no da. Muy bien. Ahora estas aca parado y yo te escucho.Te escucho, te escucho. Discurren los momentos con cada estupidez de ese reloj de palabras percudidas y de usufructo. En realidad no te escucho, solo te oigo, sé exacamente lo que decis y exactamente en el orden de siempre. Una alternancia podría ejecutar un caos. Si hablo, si acaso me expreso, si suelto el aire de los pulmones, si toso o si me saco los pelos de la cara arde Troya. Asi que te contemplo, mirandote sin verte, más allá del aire y del cansancio. Ya terminas, estas llegando a la post data, ya me lo prohibes por segunda vez, a ver... ahi está... ahora haces un raconto, y viene la moraleja. Tal cual. Y ahora me abrazarás con lástima, si, me abrazas, ta cual. Y ahora querrás...

Qué bueno. Sabelo, ahora se viene mi rebancha. Tú haces asi, y asi, y yo te sigo un poco el juego, tan solo hasta que...

Muy bien. Tengo el legitimo derecho de dejarte con las ganas, y lo ejecuto con la mayor naturalidad de mi perversion. Quiza asi, te ayude a decidir qué hacer conmigo. Lo mejor sería...nada.