Oh!, existencia mia que pasas raudamente,
agotando mis ansias, deshojando mis ramas,
mi verano culmina y mi otoño me llama;
hay nieve en mis cabellos y en mi espíritu, nada!..
Oh! existencia mía, que pasas raudamente,
llenando de crueles crucigramas
la ansiedad curiosa de mi mente;
busco en mi interior lo positivo,
y es tan poco, Señor lo que rescato...
que escribo con tristeza éste alegato:
"He caminado a ciegas medio siglo
y mi necedad y cobardía, me impidieron vivirlo".
Espiral de mi vida, giraste tan deprisa,
que tus ladrones giros se robaron mi risa,
en su lugar dejaron, trazadas con dureza,
las marcas de los años que viví en la tristeza,
y este llanto salobre, que derrama su pena,
sobre el rastro djado por mis pies en la arena.-
|