AYER
Yo era una niña de familia, inocente y testaruda. No me era fácil vivir aparentando que me gustaba mi estilo de vida, que aunque no contaba con muchas carencias tanto económicas como sentimentales, no estaba completa. Traté de demostrarlo una y otra vez a mi madre, a mi abuela, pero todo intento fue en vano ya que no conseguía acaparar la atención de ellas.
Me fuí rebelando, casi en exceso, hasta que mi madre se cansó y me corrió de su casa; creí que no era muy grave y decidí irme a la casa de mi abuela pensando que ella, que siempre me había consentido, me entendería. Sin embargo, no pensé con anticipación que ya era muy grande y por consecuencia sus ideas ya estaban muy arraigadas.
Sentí que el mundo se me venía encima y traté de escapar pero me dí cuenta que la única forma era morir, pero yo quería seguir viviendo, tenía sueños y metas, fantasías y retos que quería llevar a cabo para experimentar un poco más antes de la hora que tuviera que partir.
Mi rebeldía llegó a los extremos y mi abuela, también me corrió de casa. Mi orgullo era enorme y decidí irme, sin decir adiós porque sabía que no podía hacerlo. La mañana siguiente entendí que me sentía sola sin el afecto de mi madre y de mi abuela pero seguí en mi camino hacia la madurez. Fue tan dificil y lo sigue siendo hasta la fecha, ya que madurar no es cuestión de seguir una güía exacta, sino de buscar a través de causa y consecuencia la forma adecuada de enfrentarme a este gran monstruo llamado vida.
Para empezar, tuve que buscar un empleo lo suficientemente remunerable como para comer, tener en dónde dormir y comprar las otras cosas que me hicieran falta para la vida cotidiana. Es el viaje más cansado que he hecho, al principio lloraba todas las noches pensando cómo me hacía falta el beso de las buenas noches de mi familia, sin embargo, después mi carácter se templó y fuí aprendiendo que yo soy mi fuerza y mi debilidad, y que el mayor obstáculo era el miedo a vivir conmigo misma.
Pasaron los meses, yo sola regresé a mi casa, no a vivir de nuevo ahí porque sé que no hay marcha atrás y que el camino que empezé no puede ser cortado, por mi bien y por la evolución a la que estoy sometida. Pero hay ocasiones que añoro la vida familiar, los regaños que, ahora comprendo, que eran por mi bien. Madurar es la acción más difícil a la que he estado sometida, pero sé que si las decisiones no se toman de tajo se vuelven débiles e insuficientes.
HOY
Hoy desperté y un hombre estaba parado en la puerta de mi habitación, vestía una gabardina negra y un sombrero que le hacía verse como detective. Sin embargo, era un ángel que ayer escuchaba mis pensamientos y decidió mortalizarse unos minutos para venir a consolarme. Yo estaba asustada porque no entendía como había entrado siendo que había cerrado perfectamente la puerta de mi departamento.
Me explicó que era un ángel, uno de los más importantes en el cielo, se llamaba Esperanza, y me dijo que siempre había una luz que brillaba en el cielo esperando ser vista por mí, y que nunca había estado tan cerca de mí como ahora, sin embargo, yo no me había dado cuenta porque ya no veía el cielo en la noche.
Le pregunté que significaba todo eso, y me dijo que cuando la luz estuviera más cerca de mí podría ver por única vez una noche alumbrada por aquella luz. Y la verdad, me extrañó todo esto y creí que un loco había entrado a mi habitación haciéndose pasar por aquél personaje sacado de un cuento de ciencia ficción, y se lo dije tal cual.
El ángel se rió y me dijo que era normal que pasaran por mi mente esas cosas. Pero me comentó que ya era mi momento, abrió las cortinas de mi recámara y por primera vez en mi vida pude ver una noche alumbrada, aquella luz que alguna vez ví a lo lejos, hoy estaba tan cerca que podía alumbrar todo el cielo. Mis ojos no podían creerlo, pero aquel ángel llamado Esperanza me dijo que en ese momento de tristeza y confusión, el cielo me había otorgado esta experiencia inolvidable para hacerme entender, que cuando has recorrido un camino lleno de obstáculos los cuales has sabido vencer en su mayoría se acerca la luz en medio de la noche y te hace ver que todos tus esfuerzos siempre son recompensados con una luz enorme que alumbra la inmensa oscuridad.
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