da igual la locura, o la lucides mental, ni una cosa, ni la otra, lograran quitar estas fantacias deprimentes que tengo ahora.
ya sin fuerzas para imaginar nada, ni un instante de amor siquiera, ni una receta facil, comienzo a fingir sin quererlo, una culpa, que mas que culpa es un cansancio.
tus ojos que no paran de mirarme, hacen de mi aquella marioneta descangallada, sin ocurrencias, que antaño manipule en tu circo, en el picadero tu cama, en ese catre tuyo, ruidoso, donde me derrito en llamas.
se me han turbado, los poco pensamientos alegres, que logre sembrar ayer, a pesar del batifondo sagrado de tus exitantes latidos.
en el refugio de nuestra trinchera, hay una paciente latente espera, que algun dia dara frutos,
la soledad sige su marcha sin prisa, con fortuna para comprarlo todo.
el silencio no puede con el rugir de la vida, pero con mi mente si, y con mis ojos que se cierran como en la muerte, tambien. |