Tumbado, recupero algo de conciencia. No es claro si miro hacia arriba o abajo, pero no puedo ampliar el rango. Las pupilas se expanden ávidas y los globos oculares vagabundean perezosos. Sin embargo, creo ver cosas que nunca noté. El oído se agudiza. Siento el latido frenético de un tambor y el aleteo de mi nariz. Afuera:hay silencio.
En mi cabeza ecos de un tumbo, caído de la gracia. Vuelan recuerdos como pájaros que escapan de cajones y cajas. Los anaqueles tiemblan.
Trato de mover mis miembros, pero solo mi índice izquierdo tembloroso se despereza. Creo que señala o intenta dar alguna orden estúpida..."hacia allá" o ¿no?
Impera el desorden. El desván plagado de luces y sombras juguetonas, una opresiva estructura sobre mí. Lámparas en el suelo o ¿en el techo? Chiches tirados, incluso los rotos y los regalados... Libros que ya no tenía, almohadas viejas, ropa pasada de moda...¡discos de pasta!, canciones de cuna, uniformes de colegio, una toga y un título. Mechones de pelo, fotos viejas, promesas no cumplidas, la pelota de un perro anciano, el aroma de San Vicente, el rocío de las noches de verano, mezcla de lana y rexona, pulloveres rallados, un beso robado, besos ofrecidos, entregados y negados. Hombres míos, suyos, tuyos y no invitados. Alguna cama desecha. Un relicario. La tiza. Una pileta con andaribeles. Nieve y chocolate, arenas blancas, escaleras, luces de la noche. Música rabiosa, tachas y cigarrillos. Amigos que no están. Películas de todo tipo en un mix extraño.Lo bizarro de la tecnología. Teléfono de línea y celulares. Cartas de ida y vuelta, mentiras habladas y escritas, enviadas y recibidas. Te quiero sin sentido. Te quiero pero no sé. Te quiero pero te vas. Te quiero y duele. Lágrimas guardadas, derramadas y fingidas. Sollozo ahogado. Caricias sin usar. Cosquillas... Pirulines. Historias clínicas, indicaciones. Promesas. Favores. Mochilas.
Recuerdos borrosos, velados, claros, con personalidad propia.
Sirenas. Idas y vueltas. Un anillo dorado. Divorcio. Miedos simples y complejos. Disfraces. Violencia, sangre ajena y propia. Accesos de tos, dolor de muelas, fiebres altas, noches en vela, mañanas perdidas, horas de Sol, días de lluvia, vicios mundanos, ataques de pánico.
Fría razón, práctico dominio.
Relojes, tinturas, radio a mil, rebeldía y paciencia. Dolor agudo y sordo...
Mundo paralelo.
Debajo de mí crepita la madera que me sostiene. La inacción parece lógica. Pero el dedo se mueve...La cabeza insiste con retornar todo a su lugar. Un poco de esfuerzo, y los estantes se levantan, vacíos. Los cajones ocupan su lugar sin contenido. Las parvas y bloques van recuperando el lugar asignado. Algunos elementos se ponen esquivos y los dejo ahí... Permisos, perdondes, gracias, deseos y maldiciones.
Mi cabeza huele a humo y mi cuerpo siente roto. Y el dedo se mueve. ¡Maldito sea! Creo que lo sigo.Tengo frío, tengo ansia, tengo hambre voraz de nada y un asco certero. La boca salada y pastosa. No me sobran sonidos. Exhalo. De pronto, siento un calor tímido en el pecho que corre con la gravedad hacia abajo o ¿arriba? ¿Dolor? Creo que si. ¿ Sangro? Creo que si. Busco el arma que me abrió el pecho...Cerrado e intacto. Así es, el corazón cuando se rompe lo hace hacia adentro sin afectar lo externo, sin corromper la carne. Camino y abro la puerta del desván...
Caperucita se funde con el lobo, Blancanieves no se come la manzana, Cenicienta revolea el zapatito, Alicia no sigue al conejo, Pinocho no es de madera, Drácula es alérgico a la sangre, nadie vio al mago de Oz, no voy a seguir el camino amarillo, el Hada Madrina está de vacaciones y quizás las brujas encuentren un justificativo...¿Los Fantasmas y Monstruos? Bien, gracias... |