Yo como todos tuve mi primera vez,
Fui victima del ignorar lo que pasa cuando sentimos,
Cuando abrimos nuestro corazón,
Cuando sentimos el placer de los besos,
Cuando somos capaces de cerrar los ojos y sonreír y sonreír.
Una vez amé
Como solo se ama por una vez,
Con la intensidad que tiene el primer amor,
Con la fuerza que da la pasión.
Es divino
Sentir los pechos amados estrujados contra los propios,
Dos labios, que temblorosamente se saludan
Produciendo un éxtasis indescriptible.
Las manos vacilantes entre rendirse a la pasión o rendirse a la pasión,
Sin más que decir ni hacer
Simplemente ser participe del más divino camino que puede un hombre recorrer.
Pero cruce el camino solo,
Mi amada ya había amado,
Y el fuego del primer caminar se había consumado.
En ella estaba el querer
O la necesidad de querer sentir,
Pero no el amar, pero no mi amar.
Pero igualmente, el camino de amar se debe caminar
Y siempre hay una primera vez
Cuando nos quema la pasión,
Cuando los ojos se cierran al besar,
Cuando lloramos de felicidad,
Cuando no razonamos
Cuando conocemos el primer amor,
Cuando exploramos como niños ignorantes los caminos del la pasión,
Cuando suspiramos y sonreímos,
Cuando no nos importa,
Cuando el cielo es nuestro,
Cuando se hacen agua los ojos,
Cuando hablamos y callamos,
Cuando somos nosotros,
Cuando el mundo nos sonríe aun con un puntapié.
Y después de la primera vez no hay más que números.
Simples números que se comparan entre si,
Que luchan por alcanzar la primera,
Que nacen en decadencia y mueren en la misma decadencia,
Que tratan de juntar razones para dejar de ser números.
Y entre número y número besamos con los ojos abiertos
Besamos por compromiso,
Besamos por necesidad de volver a sentir,
Besamos para olvidarnos de la primera vez,
De aquella ocasión cuando las manos no sabían que hacer.
Y entre número y número corremos tras el placer,
Y la pasión se queda para otro número más,
Y los momentos de soledad nos recuerdan la primera vez más que los números siguientes,
Y anhelamos, queremos, lloramos, reímos, nos sonrojamos, contamos, extrañamos,
Y nada nos devuelve lo primero.
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