Eres mi delirio y sobre tus movimientos pongo la esperanza que me embarga de danzar contigo ahora que nos estamos amando.
Aquí estoy, cuidando de la delicada silueta de tu belleza sobre los campos de mi alma y ver el viento que corta necesitado
de contacto con el ímpetu de tu espiritu me eleva a una felicidad extrema. Debo intervenir y amanecer a este fragmento
oloroso de mi letanía, doblegado el pretexto fúe por tu exquisita sensibilidad. Estoy perdido en el color de tu falda,
cuan gentil es la manera, perpicaz, se aferrá a la seducción de mi iris; y ya estoy danzando. ¿A donde me llevás mi amor?,
¿será aquel castillo donde la lluvia es nuestra orquesta de cámara?, donde creció un jazmin que alcanza el cielo,
la escalera hacia la unión de nuestros labios. Besamé, preciso ser saciado por tu paisaje escarlata. Tócame y dejame
ser divino con vos. Hablame quiero fundir mi corazón en tu lengua y que sea mi espada, para pelear todos los dias
la batalla de enamorar tu paz.