[El sitio]
Cuando Patricio Funes tomó la decisión de darse un tiro ya había, por fin, terminado el secundario. Se había liberado de sus compañeros que lo habían tomado por alcahuete y estúpido todos esos años. Se había propuesto otra vida mejor en la universidad pero quedaba pasar el verano. Fue que confinado en su hogar descubrió en la web un sitio temático e interactivo de su pasatiempo favorito. Preparó una presentación rimbombante, lujosa, y expuso sus ideas como el mejor de los oradores. Pasaba noches enteras recopilando datos precisos para exponer en foros, seguro de sí, convencido de ser objetivo y respetando a rajatabla las normas. Día tras día. Al tiempo alguien comenzó a molestarlo, cada vez que su nick aparecía en el foro, otro, instantáneo, lo azuzaba. Luego otros. Había comenzado a ser tristemente célebre. Como en el colegio, igual, mas no había allí quien se burlara de su apariencia. No hacía falta. Horas. Noches enteras. Cuando Patricio Funes tomó la decisión de darse un tiro ya había perdido todas las cruzadas en aquel sitio, había perdido entre las sombras de su habitación casi un verano entero, perdido además el contacto que da la palabra hablada. Había urdido un plan para culpar a aquellos que lo maltrataban cual postrero manotazo de ahogado. Cuando por fin encontró el revólver de su padre, cuando lo hallaron deshecho entre mojados rojos resplandecientes y vasos vacíos, cuando la pantalla mostraba los seudónimos de sus victimarios nadie. Ni familiares ni peritos policiales ni lejanos amigos nadie. Nadie pudo descubrir siquiera una sombra de la personalidad de Patricio entre los habitantes de aquellos foros que entregaban movedizos mensajes. Curiosamente nadie intuyó al menos su nick. Ni una negrura de su combate inútil... y en aquel cuarto, a la luz del monitor, la sombra lo envolvió todo. |