Inicio / Cuenteros Locales / vladeemer / Pudo ser Jason Lich
Jason Lich era un niño bastante corriente. Crecía en los tiempos del televisor.
El joven adolescente ya había logrado consumar alguna de sus relaciones sentimentales.
Sentía fascinación por los seres descabezados, y en especial con los seres alados, así como aves, insectos y superniños brasileños. Excepto con su madre, cuya virtud no le parecía nada sostenible.
Jason contaba con solo algunos amigos fieles de la escuela a los que contarles sus repetidos intentos de infiltrarse en el despacho del director con propósitos subidos de tono.
Sus amigos disfrutaban oyéndole.
Pero Jason se sentía pobre y desvalido ante cualquier amenaza en su propia escuela o casa, de modo que endureció su aspecto grabándose en su propio pene una gran esvástica Nazi. Nadie podía ver tamaña declaración de poder excepto algunas de sus fantasías nocturnas, tales como alguna vampira de los cómics o incluso Peter Pan.
Un día reunió a todos sus primitos pequeños en su habitación y les puso al día de una extraña extraña noticia. Al parecer, ciertos seres alados habían estado emitiendo señales desde más allá del espacio a la destrozada radio receptora de Jason.
En ellas, Jason aseguraba, ante la mirada aterrada de sus primitos que estos seres sin piernas y con alas se dirigían a gran velocidad a nuestro desolado y desprotegido planeta, con la intención de llevarse a todos los niños malos.
Algunos de ellos rompieron a llorar en busca de sus padres. Otros en cambio mostraron la más perfecta indiferencia ante semejante improvisación “púbica”.
El éxito de la reunión cometida por Jason le hizo estremecerse de placer, sin duda fue una victoria. Pero no todo fue canto aquella noche...
Silvian, un varón de corta edad con nombre de niña se sintió perturbado ante tamaña declaración. Con solo cinco años había logrado conciliar la imaginación con parámetros paranormales. Dicho de otra manera, su creatividad y universo interior le permitieron visualizar con todo detalle la cruel matanza que debería caer sobre los niños aquel mismo atardecer.
De modo que enloqueció, se convirtió en un gran ser alado sin cabeza…Y cumplió con sus órdenes estelares.
FIN
Pasen y lean “Mike vomitó en la mesita del escritorio”
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Texto agregado el 01-03-2005, y leído por 171
visitantes. (5 votos)
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Lectores Opinan |
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01-03-2005 |
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Como siempre el inconfundible estilo "Vlade". Muy tuyo, muy bueno. Felicidades una vez más. Lurylow |
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01-03-2005 |
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Bien. Pudo estar mejor, pero esta bien. Supongo que hay demasiadas ramificaciones... guasarapo |
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