TIBET - ¿Haz matado? - Sí. - ¿Merecían morir? - Sí. - ¿Te arrepientes? - Cada día. - ¿Aún mereciendo morir? - Sí. (Suspiro) - Bien hijo, puedes entrar al Templo. Aquí veremos que hacemos con tu alma.
Texto agregado el 01-03-2005, y leído por 279 visitantes. (1 voto)