La hora de la memoria se acerca a pasos grotescos. Posiblemente a causa de los silencios que van acompañando mis segundos cada vez más. Pero es así como me toca vivir en esta era, como me toca existir desde la existencia del peso.

No te voy a culpar, no te preocupes. Tu conciencia se mantendrá limpia,.......seguro.

La memoria me dice que hoy es el momento de la despedida. Preso en ella, me niego mirando por la ventana de esta bóveda donde guardo todo lo que fue, y todo lo que será aunque lo quiera o no.

Desde aquí, es imposible escribir la propia historia, ya esta escrita desde hace mucho tiempo. Todo esto me hace sospechar que brujos y chamanes tienen algo de verdad entre sus manos. Me hace sentir que la existencia no tiene mucha ciencia, mas bien tiene mucho de dogma.

Me niego a despedirme. El cuerpo se niega, la rebeldía contra mi destino se niega, mis infantiles e inocentes esperanzas contigo se niegan, se me niegan no porque crea que sean posibles, se niegan porque no existen en verdad..

Creo que esa es la ventaja que tienen los leves con respecto a mí: jamás han sido atrapados por la memoria. Los que nos encontramos en un constante estado sufriente, no lo hacemos por opción, es por un estado de sabiduría superior: la sabiduría de la propia memoria. Esta, nos imposibilita de creer en aquellas cosas que se encuentran fuera de la memoria misma, que no están registradas en el espacio FIJO de posibilidades. Recalco lo de fijo. El espacio de posibilidades de la memoria no cambia, y es la memoria quien delimita el actuar.

En fin, adiós. Nada mas que decirte, ...............por ahora.