Miro mis zapatillas rosadas mientras espero, se que quien esta sentado junto a mi tambien los mira, mejor, prefiero eso a que me mire a los ojos. El calor y esa canción que el grupo folcklórico no deja de tocar me tiene atontada. Una masa de gente gris avanza rápido hacia un destino que no conosco, ni siquiera me notan, aquí las únicas libres son las palomas que juegan en una fuente de agua. Una niñita toca un violin con una tristeza que no conosco, me mata. De pronto entre la masa veo un poco de color, llegó... ya no tengo que estar mas sola. [un segundo en el centro de stgo, chile]