Hay dos.
Un pobre hombre acechado por un villano. Pobre hombre sumergido en el vaiven de la botella.
El otro, vil rufian de cerro desconocido.
Imagenes que perturban de madrugada en el aire, en el cielo oscuro y frío, luego de compartir con amistad y juego.
Compasión pide, compasión, pero el villano patea su súplica exigendole algo: una pertenecia , una ganacia. Su cara de palo se asemeja a cual paco raso en penuria. ¿por qué, a la corta distancia que hay del suceso y mi hogar, pasan estas cosas?
Forcejeo perdido del caido. Y a la velocidad de un lanza, su mano decidida penetra en su chaqueta enmarañada o alcoholica o pobre.
Maldito hombre-pirata descabellado. Mira que andar asaltando cerca del cerro. ¡detente!!!
ahhhhhhhhhh!!!
Grito desesperado se oye con violencia, violencia de impotencia, vehemencia. Se divisa otro hombre al rato, en ayuda de primero. Otro pirata. Se acerca como araña o carroñero sirviente, no llega.
El buitre desgarra a su presa.
Y el pobre hombre se levanta, se retira desgastado, él sabe que lo ha perdido ( sea lo que fuere).
Inhóspito y madrugador encuentro negativo. Pobre hombre y su cabeza, su abdomen, su bolsillo.
Vacio y el conejo. |