Antimusa

Quisiera ser el aro plateado que adorna el inalcanzable cielo oscuro de su noche enigmatica en la que sueña y crea.

Sueña historias y crea vida.
Llegan ellos, quienes viven en el papel y la tinta,
Y yo tan aparte, tan distinta.

Le cuentan historias que cree haber inventado,
Sin saber que en su sueño lo han visitado.

Frente a la hoja en blanco,
Los ve, los escucha, los plasma.
Cree crearlos, los cree suyos,
son su orgullo.

Los imagina gráciles, de rostros perfectos,
Los ama por momentos.

Se interna en su mundo,
Lo llevan a donde lo llaman,
A donde lo esperan,
A donde lo claman.

Regresa con mirada confusa y mano atenta,
Con voz inaudible escribe en sus caras,
Caras blancas de papel,
Rostros inciertos de vidas pasadas.
Espíritus de la obra del maestro.

¿Por qué, maestro, no soy uno de ellos?,
porque mi vida no es pasada,
porque no viajo a tus sueños, ni te provoco desvelos,
porque no tengo la gracia en el rostro y lo bello me es ajeno.

¿Por qué, maestro, me huyes en el ensueño?
Porque no te cuento historias,
Ni me interno en lo incierto.

Dime maestro, soy real o soy tu sueño,
Soy tu amor o soy tu freno,
Dime maestro por qué no me amas como a ellos.