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Pude oír su voz e inmediatamente corrí. Era Zara que cantaba en el fondo del mar. A mi corazón le nacieron alas, en ese momento cerré mis ojos y me deje llevar hacia otro mundo; sentía que me iba. Surcaba las profundidades del mar mientras se hacia mas intenso su cantar. Toneladas de colores que brillaban sobre mi iris ilusionada. Los peces extasiados revoloteaban en torno a mi estela, me atrevo a decir que aman mucho a Zara.

Y como no amarla, ella era la sirena más bella del mar. Leyendas cuentan que al principio de la creación, miel cayó desde una lejana estrella de marfil. El mar se enamoro de aquella estrella y una noche, cuenta la leyenda, Zara nació del vientre de una aurora boreal; fruto de la unión de aquella estrella y el mar. Zara no envejece nunca. Su piel color ámbar y su cola color azul de mar estremecen toda la creación. Nunca olvidaré el día que el sol enfermo; Celeste, la madre de Zara le pidió que por favor saliera a la superficie y con sus escamas reflejase la luz del sol hacia el mismo sol. Fue una recuperación inmediata, el problema luego fue convencer al sol de que dejara ir a Zara de nuevo hacia el fondo del mar. El amenazaba con no brillar, pero al final lo entendió. Ella tuvo que hablar con el personalmente.

Zara es mi esposa, nos casamos hace un tiempo. Perdóname si no te he dicho quien soy. Me llamo Gadiel y soy un humano, aunque debo decir que puedo hacer algunas cosas que los demás de mi especie no pueden. Puedo nadar debajo del mar. La primera vez que Zara me beso me salieron branquias, casi me muero del terror que sentí. Ella no me advirtió sobre eso, así que me sobresalte de tal manera que me desmaye. Cuando abrí mis ojos estaba en el lugar mas impresionantemente bello que jamás haya visto, era un palacio debajo del mar.

Ya se que nadie me ha preguntado, pero en esto no dejo nunca de pensar, es que es increíble. En realidad fue una de mis primeras experiencias en aquel mágico universo, donde flores flotaban a mí alrededor y las paredes de aquel palacio cambiaban de color. En un momento me encontré solo en mi habitación y recuerdo haber escuchado una voz muy conocida. Corrí inmediatamente hacia esa voz, salí al jardín y allí estaba; era una estrella de mar cantarina. No me pude contener la risa, porque estaba cantando aquella criatura exactamente igual que uno de mis cantantes favoritos. ¿Por qué?, decidí contemplarla y así lo hice por horas.

Entonces apareció ella y llevaba sobre su cuello unas plantas marinas que sin duda me cautivaron en extremo. Eran como unos cables transparentes con una tenue luz dorada, que parecía titilar suavemente. La música que reproducía aquella estrella cambiaba esporádicamente y solamente escuchaba las canciones que yo precisamente quería escuchar. Era increíble, ¿Qué estaba pasando?






— La estrella te toca lo que estás amando — susurro ella y era cierto, la música me acariciaba de una manera exquisita. Era justamente lo que se me antojaba escuchar.
— Esto es… ¿Dónde estoy?
— Estas en el fondo del mar, aquí es donde vivo.
— Increíble, ¿Y como es que yo puedo respirar?
— ¡Mírate! Tienes branquias yo te las regale.
— ¿Cómo?
— Al besarte, el espíritu del amor materializo un deseo que por lo que vi no era mío solamente.
— ¿Qué quieres decir? — ella me gustaba mucho, no lo puedo negar.
— Tu corazón te trajo hasta aquí, por eso tienes branquias. Pero te asustaste al verlas y te desmayaste. Es por eso que no recuerdas nada.
— Este lugar es hermoso, todo parece estar vivo. Además, todo es tan tranquilo, siento una paz inmensa. Pero ahora que me doy cuenta — nuevamente me llene de terror — ¿Como es que me estas hablando, si no haz abierto tu boca ni en un solo instante?
— ¡Hasta que por fin te distes cuenta! Aquí hablamos con nuestros pensamientos.
— ¿Telepatía? Uhhhhff... esto es algo…esto es algo realmente bello.
— ¿Por qué es así?, digo, el hecho de se comuniquen de esta manera en este lugar.
— Porque son muy pocas las cosas que se pueden decir con palabras. Y necesitamos comunicarnos plenamente. — replico ella, mientras sus ojos multicolor; tenia los ojos con los colores del arco iris, simplemente me enamoraban — Veras, yo y todo lo demás que existe aquí somos manifestaciones vivas de un espíritu. El espíritu del amor. Hay cosas que puedes ver de el y hay otras que no. Y el es quien decide que revelarte. Por eso no te asustes cuando veas algo, como una flor o un pez que desaparezca misteriosamente ante tus ojos.
— ¿Hay algo más de lo que deberías advertirme?
— Mira a tu alrededor, ¡vamos mira! — no lo pude creer. Todo, absolutamente todo tomaba otra forma. El piso se convirtió en algodón, luego vi paredes de piedra que un segundo después eran paredes de seda y lo que más me llamo la atención; de la mano de Zara brotaban unas burbujas, esto lo había notado anteriormente. Pero estas burbujas comenzaron a cambiar, en cierto modo brillaban, como brilla una piedra preciosa.
— Hay algo raro en las burbujas de tu mano
— Si, ahora son burbujas de plata — ¿Qué era toda esta magia?, Me cuestione en mi fuero interno; puesto que nada comprendía. Todo era absolutamente nuevo y para colmo siempre era así. Todo cambiaba constantemente.
— Gadiel, el amor no tiene límites. Las palabras si, al igual que todas las cosas, desde el punto de vista que tu estas acostumbrado a verlas. — inmediatamente ella dijo esto, sentí como si algo estuviera lloviendo sobre mi rostro. Claro, pensé: ¿que tipo de locura es esta? No puede llover aquí, ¿o si?, estaba incomodo con aquella situación, infinitas gotas de un liquido aun desconocido para mi reposaban en mi rostro. Instintivamente me pase la mano por la frente, tome un poco de aquello y decidí probarlo. ¡Aquel sabor! Creo que en ese momento nunca más volví incomodarme con una situación. Era miel

Era tarde y decidimos dormir. Esta noche soñé con dragones que transpiraban vino mientras se paseaban por los cielos de un extraño lugar. Vivía yo en un molino y en el umbral de la pequeña puerta que daba al patio, me deleitaba con Zara que jugaba al carrusel con los niños. El movimiento de brillante falda dibujaba en mi mente notas musicales. Una sinfonía, era mucho más que eso. Un embriagante olor a café se mezclaba con la fragancia de unas margaritas que teníamos sembradas en el jardín. Todo era perfecto.

Desperté como si hubiera nacido de nuevo. Mi cuerpo emanaba una extraña energía. La podía ver, sobre mi piel una capa dorada, como un aura; Ya me estaba empezando a sentar de maravilla este maravilloso mundo. Me bañe, me aliste y me dirigí hacia los pasillos de aquel palacio de ensueño tratando de encontrar a alguien hasta que por fin di a para con la escalera. El mango parecía madera de un barco y no estaba en perfecto estado, claramente se podía ver; > pensé, llegue hasta el salón principal y me lo que vi me dejo me dejo atónito; la mesa del banquete era un dragón. No se podía ver perfectamente pero por las escamas y el tamaño de lo que ante mis ojos habitaba lo deduje con facilidad. Me acerque temeroso, esto sin duda era lo mas increíble que había visto nunca. > pensé, de repente apareció Zara envuelta en los pétalos de una inmensa flor.

— Buenos días mi amorl, que bello que estás — me dijo suavemente. Mi corazón brinco de la emoción no se por que, y en ese momento solo pude ver su ojos como estrellas; me ericé completamente.
— Oye Zara, este mundo, todo lo que he visto desde ayer para acá todavía no lo concibo; ¿Estoy muerto?, ¿Estoy soñando? ¿Es que nunca mas volveré a realidad, donde siempre he vivido?
Zara se disponía a decirme algo cuando a nuestro encuentro salieron unos niños correteando por alrededor del dragón. Se saltaban por encima de su cuerpo y correteaban a través de su extensa longitud. Tuve el impulso de asomarme al dragón para ver hacia donde daban a parar en su trayecto; el dragón era inmenso, estaban lejísimos.

— Quienes son esos niños, repliqué
— Son nuestros hijos, mi amado
— ¿Nuestros hijos? Respondí alarmado, — ¿Cómo es posible que tengamos hijos yo no me he acercado a ti en lo mas mínimo. Perdón que lo ponga de esta manera, pero vamos, tu sabes como nacen los bebes.

Sara me miro tiernamente y esta sensación la sentí ayer. Era como si por segunda vez estaba yo ignorando un significado mas profundo. Desconozco el motivo pero me sentí superficial.

— Ayer soñaste ¿no es así?. Los sueños aquí cuentan como, acá vida no existe esa barrera. Todo lo que soñaste fue real. En realidad, viviste a una velocidad superior a la del mundo de los que duermen.
— ¿De los que duermen?, la interpelé
— Si de los que duermen, repuso ella. Ahora mismo estás dormido, ayer despertaste a lo que es real. Cuando duermes las cosas tienen un color, aquí cambian de color puesto que tienen todos los colores. No hay límites. Y del mar, tu madre la sustancia, se erige un bienestar eterno providente lactancia. Para que puedan volar tus sueños y alcanzar la estancia, donde los las dragones transpiran vino, donde puedes ver estrellas y las sonrisas de tu niños. Y es el amor que te corresponde intensamente, tus deseos los concatena como la corriente y hace de tus latidos intermitentes el ritmo de las cosas y como quieras verles.

¿Hip Hop en mi corazón?, esto si que estas bueno pensé. Estaba enamorado ya no tenia dudas.

Texto agregado el 27-02-2005, y leído por 1452 visitantes. (0 votos)


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