...Me reconozco culpable, el criminal tras el crimen, pero ¿qué mas importa verdad? Sé que me auto justifico con mis declaraciones, y tiendo a.... explicarlo todo. No se si por satisfacer mi morbo o solo por auto perdonarme... en fin. En realidad en ese momento poca importancia tenia toda racionalidad, Agreguemos un poco de confusión mas alcohol a mi sangre, y la belleza desbordante de aquella mujer la cual me tenia, literalmente, a sus designios. Para mí, él poseerla, él hacerla mía de la forma mas animal, era todo lo que deseaba en ese instante, para ella quizás, significaba un poco mas, claro que para ser sinceros, una vez evocada la pasión, el deseo exacerbado, y el roce de nuestra piel, dejaba atrás toda buena intención, o comprensión, pasando a un factor netamente animal... Desesperante, ahogante...
He de reconocer que note cierta incomodidad en ella, algo le impedía arrojarse con mayor pasión al momento, lo que me causo como primer impacto, una desilusión casi instantánea, y por que no decirlo, de cuestionar, y analizar quizá algún error cometido por mí. Un muro casi infranqueable de un momento a otro se presento, y la mirada que en un comienzo era complaciente se torno angustiosa, pero solo fue un momento, como si la consciencia, tratara de aparecer y sentenciarnos, pero claro, solo basto un instante...
... Un momento de calma, para disipar los nervios, o quizás las dudas... y retomar lo que deseábamos desde ya hace tanto tiempo. Todo parte por una caricia, todo parte por un simple gesto, al principio suave, tenue, sin la mayor intención, solo una caricia. Luego un beso, uno tierno, el cual lentamente iría volviéndose mas y mas excitante. Apretando los labios con mayor fuerza, jugando con nuestras luengas, recorriendo cada espacio que deseáramos de nuestros labios, suspiros, quejidos de placer nos hacían ver el deseo mutuo que denotaba el momento.
Las miradas eran cada vez más profundas, penetrantes en cada sentido nuestras sensaciones, no te sentía en mi piel si no mas allá, no me sentías en tus brazos, sino más allá...
¿Cómo dejar plasmado los más sucios recuerdos, y anécdotas?, ¿Cómo dejar grabado en tinta y papel, las más siniestras situaciones, o delirantes sensaciones?, No sé si él hecho de saber que toda nuestra eternidad, se remitía a solo esa noche, o bien el saber que no existía mas que el momento. Nos hacia volcarnos a todo lo que más pudiéramos abarcar, esa noche nos daría como regalo a cambio, las más increíbles visiones, y sensaciones... no sé como decirlo, y es que me basta un solo parpadeo para regresar como en un sueño, a la misma habitación, en donde todas las imágenes, se proyectan las unas con las otras...
Piel y sudor... la yema de mis dedos recorría como si deseara leer alguna escritura casi imperceptible en su delicado cuerpo, con cada roce de nuestra piel, cada sensación se exacerbaba, era como si el efecto de alguna droga alucinógena, de pronto nos golpeara dejándonos en un estado de letargo, de suspensión, de irrealidad... De pronto la completa inconsciencia producto del placer, como si ya tu no fueras más tu, como si tu cuerpo ya no fuera el tuyo, y tus rasgos mas animalescos, afloraran como si se tomaran por medio de la fuerza el mando de tus actos, como si nuestros dedos fueran verdaderos bisturíes, y con cada caricia, nos rasgara la mismísima piel, dejándonos mas que desnudos. No aun mas, si no, completamente desprotegidos, expuestos. Nuestros dedos eran como verdaderas barras de hierro al rojo vivo, marcándonos, tatuándonos...
La piel ya no era un obstáculo, su vientre mi paraíso. Y mi nombre lanzado al viento entre quejidos y suspiros. ¿Cómo detenerse a pensar si esta bien o mal, cuando ya tu cuerpo esta embriagado de aquella droga tan exquisita?. No detenerse, ni tan siquiera a pensarlo, no existe el remordimiento ni nada que se le parezca... es solo ella, y yo, nada mas, sin caretas, sin escudos, sin miedos. Todo mas simple, ya no existen las dobles intenciones, ya no existen, las superficialidades, solo la entrega completa al placer, bajar del sueño de la inconsciencia otorgado por la tormenta de placer, para luego subir nuevamente con mas fuerza...
hoy sierro los ojos y es como si en tercera persona nos viéramos, jadeando, o simplemente observándonos el uno al otro, y así como si de la nada paso de ser un observador omnisciente, al protagonista/antagonista, creador, y destructor, el cazador, la presa, la víctima y el victimario, es como si pudiera ver desde la cuenca de mis ojos, lo que ya a pasado, es extraño, por que al realizar el ejercicio del recuerdo, te veo como si esa noche jamas dejara de suceder, y logro evocar con casi total realismo, las sensaciones, el olor de tu cuerpo, la suavidad de tu piel, y hasta, el sabor de tu carne fresca en mi paladar...
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