Me olvidé el paraguas. Que mala leche. Mejor me meto en el bar del ‘’polaco’’ Luis Rodriguez a tomar algo, por lo menos hasta que pare de llover.
Es increíble este diluvio. Boludo, tené más cuidado, ¿no ves que me mojaste todo?
Otra vez en este barsucho de mala muerte. Este lugar me tiene podrido. Pero el polaco es un buen tipo. No tiene un peso y siempre nos fía.
Dicen que siempre que llovió, paró. Menos hoy. Hace dos horas que está lloviendo y cada vez cae más agua. Creo que esta lluvia no termina más.
Luis, traeme el diario, por favor. Sí, quedate tranquilo que cuando cobre el sueldo te pago todo lo que te debo. Después te digo lo que voy a tomar, ahora traé el diario que quiero saber si mañana va a jugar el Diego. Gracias.
Casi no veo la calle. Y eso que estoy sentado al lado de la ventana. Igualmente, algo alcanzo a divisar. Ahí pasó un auto. Creo que era un Volkswagen Gol.
Polaco, una Coca-Cola. ¿Cómo que ahora manejás la línea Pepsi? ¿Desde cuándo? No, no es lo mismo. Entonces traeme una 7-up. Al final termino consumiendo lo que no quiero. Quizás, esta sea su venganza, trae productos que nunca le pedimos porque siempre le pagamos tarde. Y algunos ni le pagan. Eso está mal.
¿Y estos dos por qué se pelean? No es para tanto. Es solamente un farolito. Claro, el piso está mojado y el auto patinó. Por suerte no pasó nada. Si siguen a las trompadas se van a matar. Polaco, voy a intentar detenerlos.
Siempre pasa lo mismo. Uno los quiere frenar y termina cobrando. A mi qué me interesa. Que se maten. Encima me mojé todo. Alcanzame una toalla.
¡Cómo me duele la cara! Dame hielo, polaco. Sí, para el ojo.
Uy, pobre vieja. Se cayó en el medio de la vereda. Seguro se tropezó con algo. La voy a ayudar. Enseguida vuelvo.
¿Se siente bien, señora? Bueno, me alegro. ¿Quiere que la acompañe a su casa? No, de nada. Adiós.
Que pena me da cuando veo a la gente que se cae en la calle. Y más si son ancianos. Disculpame, flaco. Fue sin querer. Justo pisé esta baldosa que está floja y te salpiqué. Chau, no tengo tiempo para discutir pavadas. Igualmente.
Estoy empapado. Y yo que entré a este bar para no mojarme. Si hubiera seguido caminando bajo la lluvia, no estaría más mojado que ahora. Sí, otra vez la toalla, ¿no ves cómo estoy?
¡Qué suerte que paró de llover! Ahora me voy a casa. Cuando legue me voy a dar un baño caliente. Anotame esto, polaco. ¿Cuánto te debo en total? ¿Treinta y siete pesos? Siempre fue un chorro. Sí, cuando cobre te pago. Chau, polaquito.
Dicen que siempre que llovió, paró. Hoy, por suerte, también.
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