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Inicio / Cuenteros Locales / lunaris / LEVANTÓ LOS OJOS AL CIELO.

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Implorante, elevaba su mirada al omnipotente.

Una interrogación constante me perseguía.

Su respuesta, estaba en el reflejo de sus ojos, alejada de la vanidad, solo basada en lo esencial, en la persecución silente de sus humanidad sobre mi.

Continuaba lloviendo, el goteo incesante, cual martilleo eterno, era música torturadora; mi paciencia no quería mirar atrás, solo buscaba la salida más próxima, sin importarme atropellar arbustos y ramas en la humedad de la selva.

Mi rehén, único boleto de salida, se tambaleaba sobre los huesos salientes de su piel maltrecha, yo la empujaba, Consciente de la posibilidad de una mina y no me importaba en absoluto, en tanto me sirviera de escudo.

Ocasionalmente volvía el rostro, Mirando tras nosotros, pensando.
¿Quizás en su rescate?, ¿quizás en su muerte?, ¿quizás en el abandono de si misma?

¡No lo pienses!, Ya está dilapidada tu tumba en esta selva.

Sé que fui injusto, lo sé.

Sé que Dios me castigara, por todos los tormentos, por todos los atropellos, por todas las muertes, pero a Dios corresponde salvar mi rehén, por que ella es inocente de mis culpas, de mis pecados.

Se mantenía callada….

constantemente la empujaba, estrellándola contra el piso, otras veces contra los matorrales del monte, pero a estas alturas ya no maldecía, ya no luchaba , solo se dejaba conducir por la senda, su cuerpo débil de mujer sin fuerzas solo le permitían arrastrarse.

Ya sus ojos no despedían fuego, ya su boca no se crispaba por la ira solo miraba distante como si no le causara daño, ese era mi mayor temor por que sin miedo no podía dominarla, sin desesperación podía acabarme, sin llanto me era imposible detenerla. Me di a observarla, y así permanecí un rato, aun así ella volvió a mirarme justo a los ojos, sin parpadear.

La ultima explosión se escucho muy cerca, al estrépito ensordecedor, sé sucedían ametrallamientos consecutivos. El olor a pólvora, complemento asfixiante de la nube espesa; formada por el humo despedido del cañón de los fusiles, aceleraban el ritmo de mi corazón, del vacío de mi estomago.

Ella volvió a verme a los ojos, ¿para conmoverme? , Sé que sufría, la verdad no me importaba, cuando me pusiera a salvo, la entregaría al frente, ellos la matarían pues su tiempo había pasado y el rescate no había llegado, y a mi ¿que?

¡Mi ley era justa!

Los combates continuaron, muchos hombres de uniforme murieron.

Exhaustos, sin parar de caminar noche y día, logramos ponernos a salvo. Esa, como todas las noches durmió a la intemperie, amarrada como un animal.

No volvió a rezar, ¿había perdido la fe? O tal vez, comprendió que era mejor la claudicación ante el poderío del más fuerte. No lo dijo, pero se que lo reconoció, ¿se dejaba conducir mansamente?

Tal vez, ya sabia, que le esperaba.

Continuo lloviendo, muy cerca se escuchaban los helicópteros sobrevolando, como si supieran que iba a morir, que su cuerpo seria tragado por la selva.

Pasaron varios días, las fiebres la desmejoraron más, los ojitos se le ponían claritos, lánguidos. Se parecían mucho a los de mi hermanita... se veía tan indefensa... y entonces, ¿por qué tenia que estar allí?

¡Era insoportable!, cuando ya las fiebres no la dejaban, me mandaron a darle el tiro de gracia.

Me senté a su lado poco mas de dos horas, no sé por que, pero de repente le pase la mano por la cabeza, así acurrucada se parecía mas a mi hermanita y solo tenia dieciséis.

Fue la primera y la última vez que no pude mirarla fijamente y enmascararme con la cara de asesino, tan útil en esos casos.
Esa, fue la última vez que me puse a llorar como un pendejo, como una malparida vieja.

Se sonrió y se acurruco mas, no sufrió.

Cuando tomé la pistola en la mano y me acerque, estaba temblando al recordar mi hermanita, de cómo el frente la mató a ella y mis viejos el día que me enlistaron.

Lo único que pude hacer, fue tomarle la cara y acercar la pistola lo más posible para no fallar, la fiebre la hacía temblar, tiritando por el frío.

Cerré los ojos para no verle su carita, ¡pero al menos ella al fin iba a descansar de esta guerra de mierda!.


Texto agregado el 26-02-2005, y leído por 108 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
01-03-2005 me gusta como se desarrolla la historia, lo que encierra...mis estrellas para usted leckter
26-02-2005 muy conmovedor, de verdad me ha llegado el sentimiento, impotencia, tristeza, resignación... Muy bueno:) Yuridia
26-02-2005 muy conmovedor, de verdad me ha llegado el sentimiento, impotencia, tristeza, resignación... Muy bueno:) Yuridia
 
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