Un día más. Un nuevo vuelo. Aquella paloma sucia clavaba sus ojillos pequeños en la ventana y miraba a través de gruesos cristales a mi amada.
Aquella mensajera que llevaba mis poemas.
Hoy, bate su plumaje y despega del suelo.
Un recado, una plegaria por mensaje entre sus patitas, una imprenta de sangre escrita en el papel...
Te pido que vuelvas a ser mi donante, que vuelvas a hacer fluir sangre a mi corazón.
Pobre paloma sucia. En la ventana hay cristales rotos y se hiere las alas al intentar entregar mi mensaje.
Aquella paloma blanca, pero teñida de rojo. Aquella paloma sucia...
Un día, ¿recuerdas?, te llevé una propuesta de oro, una insignia de matrimonio. Aceptaste. Me regalaste un SÍ en letras doradas. Mi vida se pintó de azul pupila.
Me llevarías el desayuno de tu aliento, tus labios el postre, tus palabras me endulzarían el café, y tus ojos descansarían en los míos.
De noche, mis pies tomarían un sendero entre los pliegues de tu cuerpo, acampando en el valle de tu ombligo. Mis venas se alimentarían del azul de tus ojos, y yo dormiría envuelto en la seda de tu cabello...
Ahora, he de beber el agua de mis lágrimas, alimentarme de los frutos amargos que me diste, y dormir solo entre sábanas de tela remendada.
Aquella paloma sucia.
Nada tengo yo para entregarte salvo hojas de papel marchito y sentimientos evaporados.
¿Quieres hacerme un último favor... mi paloma sucia?
Entrega este cáliz de plata a mi amada. Todo cuanto me queda ya, está en él:
-Dos vidrios ahumados, que son las secas cuencas de mis ojos.
-Un pétalo descolorido, que es la piel de mis labios.
-Este pequeño frasco vacío, que contiene lo que queda de mi sangre.
-Estos pedazos rotos de papel, que eran mis esperanzas.
-Esta fina arena... que son las cenizas de mi alma.
¡Vuela paloma sucia! Éste será tu último vuelo, y quizás, me temo, que no llegues a la ventana... porque hay un cazador allí dentro.
Y te matará, y te tomará como trofeo, como un rival más a batir...
Y ella tomará el cáliz y beberá satisfecha... y me arrancará así la vida para siempre.
¡Vuela paloma sucia! Lleva mi último recado y descansa... mi mensajera.
¡Vuela! |