Bisinfín (3)
El despertador suena; “riinnnggg”. Son las siete en la manyana. Samuel se levanta. Tiene la sensación de haber sonyado con algo bonito, pero no recuerda que. Samuel nunca puede recordar los sueños. Samuel trabaja en un banco, de 9 a 5 de la tarde, y de 9 a 5 para Samuel nunca pasa nada. Para cuando Samuel acaba su trabajo a las 5 de la tarde, entonces empieza su otra rutina: casi siempre de vuelta a casa con su mujer a cenar con ella, algunas veces a tomar algunas copas con los amigos, otras veces al fútbol… Nunca nada de lo que sucede es capaz de llenarle el hueco que se le hizo en el pecho en el momento de nacer. Todas las noches, tumbado en la cama, mientras espera que el suenyo llegue, Samuel siempre imagina que es un duro detective de esos que salen por la televisión, siempre envuelto en oscuros casos, vagabundeando por los barrios bajos y por supuesto siempre rodeado de mujeres de increíble belleza y moral dudosa.. Y así , poco a poco se duerme y empieza a dibujarse un suenyo en su mente, un suenyo que al día siguiente olvidará. En el suenyo aparece un despertador….
El despertador suena;”riinnnggg”. Son las siete en la manyana. Tristán se levanta. Tiene la sensación de haber sonyado con algo bonito, pero no recuerda que. Tristán nunca puede recordar los sueños. Un martillo en el interior de su cabeza empieza a machacarle el cerebro. Demasiado whisky ayer, o quizás fue demasiado vino? . Ahora eso da igual. Tristán se viste con cuidado, no quiere despertar a la mujer que hay tumbada en la cama. Tristán paga el hotel y encarga que le suban el desayuno a la mujer que hay en la habitación. Tristán trabaja como detective. Desde que se levanta hasta que se acuesta. Aquella mujer que dejó en el hotel era la esposa de un conocido hombre de negocios de la ciudad que le había contratado para que descubriera si su marido le era infiel. Lo que es la vida, tras seguirlo durante más de quince días, aquel hombre no había dado signo alguno de infidelidad, es más, parecía poseedor de una vida ordenada, segura y feliz. Tristán envidia a aquel hombre y a su felicidad. Tristán piensa que en su vida nunca pasa nada. Tristán no piensa que hay otras personas que envidien su vida: verse envuelto en tiroteos, perseguir a los malos, perseguir también a los buenos, colarse por la ventana en casas ajenas, peleas en bares… Nada de lo que sucede en la vida de Tristán es capaz de llenarle el hueco que se le hizo en el pecho en el momento de nacer. El día pasa y Tristán pasa también con él. Todas las noches, tumbado en la cama, mientras espera que el suenyo llegue, Samuel siempre imagina que trabaja en un banco, que tiene una esposa y unos amigos con los que de vez en cuando se va de copas o al futbol con ellos. Y así , poco a poco se duerme y empieza a dibujarse un suenyo en su mente, un suenyo que al día siguiente olvidará. En el suenyo aparece un despertador….
El despertador suena; “riinnnggg”. Son las siete en la manyana. Samuel se levanta. Tiene la sensación de haber sonyado con algo bonito, pero no recuerda que. Samuel nunca pudo recordar los sueños. Samuel trabaja en un banco, de 9 a 5 de la tarde…
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