Permanezco dormida por fracciones de segundos. Sólo eso basta para viajar muy lejos de este lugar.
Un viaje apasionante, donde todo es posible. Comienzo a cerrar los ojos, y de inmediato puedo palpar cada detalle. Los aromas dulces se intensifican y los agrios suavizan. Observo las cosas aparentemente de forma habitual, solo que esta vez hago algo más que mirar, esta vez veo. Con esto, aquella energía viviente dentro de mi pecho se exalta, se comprime, se emociona. No cambio, por el contrario, soy yo, más que lo usual, yo en alma, en poder, en vida.
Hay un mundo de posibilidades en cada centímetro, y no desperdiciaré la oportunidad.
¡Abro los ojos!

Así que este es el sabor de la verdadera vida...?

¡¿Y tú dices que has vivido?!

Ja!!, mejor, has como yo…. sueña