Un grupo de personas, en representación del
pueblo, y desde ámbitos políticos, comerciales, educativos, decidieron visitar a una pareja que vivia en plena naturaleza.
Se cuenta que eran tan sabios que podìan tener
respuestas a cualquier problemática humana.
Ya encontrándose en su casa, se dirigieron donde
estaba la mujer sabia quien estaba regando unos
árboles.
_En nuestro pueblo reina la corrupción, la
injusticia, la escasez, la violencia, la inseguridad, el malestar. ¿Será posible revertir totalmente
esta situación?, ávidamente preguntaron.
_ Ah, sí claro que es posible!
y es tan fácil como
"la acción de ir a tomar agua de aquel arroyo", contestó la mujer sabia.
_De qué manera? preguntaron esperanzados.
_Viviendo en el "presente",
sin afligirse por el mañana,
y tratándose unos a otros
como si fueran "verdaderos hermanos",
contestó serenamente
Luego se dirigieron donde estaba el hombre sabio
quien estaba trabajando en su huerta.
_En nuestro pueblo reina la corrupción, la
injusticia, la escasez, la violencia, la inseguridad, el malestar. ¿Será posible revertir totalmente
esta situación?, ávidamente preguntaron.
_Ah, sí claro que es posible!,
pero es tan difícil como
"la acción de realizar un viaje a la luna",
contestó el hombre sabio.
_De qué manera? preguntaron desesperanzados.
_Viviendo en el "presente",
sin afligirse por el mañana,
y tratándose unos a otros
como si fueran "verdaderos hermanos",
contestó serenamente.
Los visitantes, confundidos se miraron entre sí.
_Todo depende de cada uno de ustedes,
concluyó el hombre sabio.
Ya en el camino de regreso, cada uno se observaba a sí mismo, y también unos a otros se miraban a los ojos.
Cuento adaptado
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