Bisinfín (7)


-Jorgito, cómetelo todo. Quiero ver el plato bien limpio. No me hagas enfadar.

El plato queda bien limpio. Doña Vero charla un rato con su hijo mientras arregla la cocina. A las tres menos cuartos, doña Vero se despide de su hijo que se va al colegio. Aprovecha, que hasta las cinco no volverá para echarse en la cama y hacer una siesta. A las cinco y cuarto, el timbre de la puerta de casa la despierta, su hijo ya está de vuelta. Doña Vero le prepara la merienda. Luego hacen los deberes juntos. Cuando acaban los deberes, Jorgito le pregunta a su madre si puede jugar un poco con los soldados de plástico que guarda en su cuarto.

-Claro que si- Le contesta su madre.- Pero a las ocho te quiero en la mesa para cenar.

Doña Vero prepara la cena. A las ocho en punto Jorgito ya está en la mesa. Cenan juntos, luego ven un rato la televisión, y a las nueve y media doña Vero acuesta Jorgito. Luego, ella, extasiada se acuesta también. Dispone el despertador a las siete y se duerme pensando que mañana será otro día.

El despertador suena a las siete de la mañana. Doña Vero se levanta.

-Venga Jorgito.- Grita- hora de levantarse.

Doña Vero está preparando el desayuno cuando aparece Jorgito.

-Has pasado buena noche?. Venga siéntate y cómetelo todo.

Mientras desayuna Jorgito, doña Vero le prepara el baño. Mientras jorgito se ducha, doña Vero desayuna. Como siempre, Jorgito se hace el remolón en el baño.

-Vamos Jorgito.-Grita- Que perderás el autobús.

Una vez listo, Jorgito le da un beso a su madre y se marcha a la escuela. Son las nueve menos cuarto y doña Vero se siente muy cansada. Decide echarse en la cama y hacer una siestecita. El timbre de la puerta de casa la despierta a las doce y cuarto, es Jorgito que regresa de la escuela.

“Dios mio-piensa- me he dormido como una tonta”.

Mientras Jorgito lee un cuento y le explica a su madre como le fué el colegio esa mañana, doña Vero prepara la comida. Improvisa unas patatas hervidas, un poco de coliflor y unos trozos de pechuga de pollo. Jorgito al ver la coliflor arruga el ceño.

-Jorgito, cómetelo todo. Quiero ver el plato bien limpio. No me hagas enfadar.


Y a buen seguro que nunca queda nada en el plato, pues nunca hay comida en el plato, ni plato donde ponerla, ni Jorgito para comerla.

-Un caso interesante- Comenta el doctor Prado-. Y durante quince años ha seguido siempre la misma rutina?.

-Milimetricamente.

-Y en ningún caso se ha roto esa rutina?. No se… por ejemplo para realizar los chequeos mensuales, o los cambios de medicación, no se…

-Siempre hemos aprovechado cuando Jorgito estaba en el colegio, o bien por la mañana, o bien por la tarde para hacer esas operaciones, cuando la paciente entraba como en una especie de catarsis.

-Realmente muy interesante, doctor Tristán. Debo decir que a lo largo de mi carrera siempre he soñado con encontrarme un caso así para estudiarlo a fondo. Nunca se le pasó por la cabeza estudiarlo más a fondo?. Nunca se ha planteado que pasaría si rompemos esa rutina? Quizás entonces, al salir de esa rutina se daría cuenta de toda la ilusión que ha estado inventando, que Jorgito no existe, que nunca tuvo un hijo, que está todo dentro de su cabeza.

-Si quiere que le diga la verdad, doctor Prado, cada día me he planteado esa misma teoría y nunca he tenido el valor de ponerla en práctica. Pues al fin y al cabo, en el fondo de la cuestión quien nos asegura a nosotros que algún día como hoy no aparezca un doctor con bata blanca como usted o yo y nos diga que toda nuestra vida no fue más que una fantasía, una ilusión, que sólo estuvo dentro de nuestras cabezas.